Estoy tan sumergida en la promo de la novela y en la escritura de la nueva que no paso por aquí. No es porque no pasen cosas, todos los días hay algo nuevo, es que los días se han vuelto demasiado cortos y apenas me queda tiempo para dedicarme a nada que no sea el trabajo y los niños. Son rachas, lo sé, y me propongo todos los días escribir unas líneas, pero durante el día no tengo tiempo y por la noche, cuando por fin dejo las redes, estoy tan cansada que no tengo la cabeza para ponerme a escribir.
Pero hoy estoy aquí. Para contarte que salió mi novela y que Rober abrió una botella de cava aquella noche para celebrarlo. Cava y comida china. Fue una combinación extraña, pero esa fue nuestra celebración.
El viernes Carlos invitó por primera vez a un amigo a jugar a casa. Los dos estaban emocionados.
-M. me ha ascendido a primer mejor amigo --me explicó Carlos la tarde anterior-. Es una cosa que hace M., que tiene una lista en la cabeza de sus amigos y los lleva por orden. Antes yo era su segundo mejor amigo y A. el primero, pero, como le he invitado a casa, ahora soy yo el primero.
Me encantan estas conversaciones con los niños. Desearía grabarlas, porque después no recuerdo la mayoría (de ahí mi necesidad de llevar un diario). Carlos habla tal cual lo he escrito, con un vocabulario amplio y frases largas y complejas para un niño de seis años. Siempre se le ha dado muy bien el lenguaje. El sábado escribió su primer cuento y nos dejó a todos alucinados. Se titulaba "El sapo y la princesa" y estaba bien escrito, organizado y con una estructura de relato clásico (planteamiento-nudo-desenlace) y no el caos que suelen incluir los niños de esta edad en los cuentos. Y no creo que hable el orgullo materno, sino la lectora. Pero, lo mejor de todo, es lo orgulloso que está de sí mismo, tanto que quiso que le enviara una foto del cuento a toda la familia y se lo ha contado a su tutora, que, por supuesto, le ha invitado a llevar el cuento a clase y leerlo. Se lo está pensando. Tengo curiosidad por saber quién ganará la batalla: si el orgullo o la timidez, Espero que en este caso, gane el primero.
Hoy hemos visto a unos chicos en el parque haciendo parkour y que todos los niños estaban alucinados y los padres aterrados al verles escalar muros y vallas para dar saltos mortales y hacer piruetas imposibles desde las alturas. Lo grababan todo con pequeñas cámaras que llevaban cada uno de los chicos, así que supongo que en unos días las imágenes saldrán en el canal de algún youtuber cuya madre no ganará para disgustos.
Tengo que contar lo de las fugas nocturnas de Marcos, pero creo que es solo una fase y estoy demasiado cansada, así que voy a hacer un Escarlata O'Hara y lo dejaré para mañana. O para dentro de cinco días, ya que, como estás empezando a ver, la constancia no es mi fuerte.