Hacer el amor con una sonrisa. Una sonrisa cómplice, escondida entre bambalinas, pero que se transforma en la actriz principal de unos recuerdos comunes. Y sonreír de nuevo, pero sólo por el mero placer de compartir una sonrisa a medias, como el cigarrillo al que cantaba aquella Paloma. Y mi sonrisa es el elixir de tu deseo, que te hace morir dándote la vida. Hacer el amor en un paseo. Un paseo donde nuestros pasos nos llevan a derretirnos en una única sombra cuya silueta dibuja el ajetreo de...