Y como no podía ser de otra manera, continuamos con algo de lo mejor que ha salido de Brasil, y presentamos una banda de rock progresivo gaúcha, o sea, del sur brasilero, un disco que originalmente sería lanzado en octubre de 2014 y que creo que salió unos meses más tarde, en su momento los músicos se conectaron conmigo y aquí tienen el resultado... ustedes pueden conocer un trabajo hermoso realmente, pero vamos por pasos. La banda presenta un rock progresivo cantado en postugués (genial! amo que los grupos brazucas y portugueses canten en su idioma) en base a una fina y dulce voz femenina y con una propuesta extremamente original en un rock psicodélico con canciones épicas de 20 minutos, donde no faltan influencias de Piazzolla, Novos Baianos, Miles Davis, Almôndegas y Stockhausen fusionado con el rock progresivo de Pink Floyd, Genesis, Yes, Mutantes, Som Nosso de Cada Dia, Weather Report, Passport (según el gusto de los artistas) resultando en una obra extremamente original. Un rock progresivo alegre y cristalino.
Año: 2014
Género: Progresivo psicodélico ecléctico
Duración: 56:70
Nacionalidad: Brasil
"Sinagoga Zen" es un álbum donde se resume la celebración de los diez años de experiencia y madurez musical. Los géneros musicales que se cruzan en el disco son numerosos, ya que los componentes individuales traen todo su bagaje aunque generalmente basada en música rock de los setentas, en el disco se cruza la psicodelia con pesados riffs a lo Black Sabbath coros operísticos se entremezclan con Piazzolla, Miles Davis, Pink Floyd o King Crimson para dar algunos nombres de referencia y en donde no falta ni el blues, conformando un disco un sonido digno de los mejores Paatos pero en portugués.
Hoy tenemos la ocasión de presentar al grupo brasileño SINAGOGA ZEN y a su homónimo disco de debut, publicado en el año 2014. Este grupo asentado en la localidad de Beto Gonçalves (Rio Grande do Sul) se originó en el 2001 con la meta de que sus diversos integrantes originales trajeran consigo sus bagajes y experiencias individuales en el jazz el barroco, la cámara modernista, la fusión folclórica, y cómo no, el rock. Diseñado para hacer, al fin y al cabo, rock progresivo, el ensamble de SINAGOGA ZEN se empapó de influencias de la vieja escuela mientras recibía el impacto de propuestas contemporáneas mientras maduraba la ingeniería esencial de su estilo propio. A través de los años, la alineación aumentaba y variaba, llegando incluso a contar en algún momento a contar con tres vocalistas, dos bateristas y dos guitarristas… ¡qué tremenda ocurrencia! La alineación ya estable que se encargó de grabar “Sinagoga Zen” consta de Alison Seben [batería, percusiones], Felipe C. Taborda [guitarras eléctrica, acústicas de 6 y 12 cuerdas, bajo ocasional], Giulia F. Dall’oglio [canto], Rafael Vignatti [teclados, piano] y Wilian M. Baldasso [bajo, guitarras acústica y eléctrica ocasional, violín]. Con el patrocinio del Fundo Municipal de Cultura de Beto Gonçalves y el apoyo dl Conselho Municipal de Política Cultural, el grupo logró completar fehacientemente la producción y edición finales de este disco en el año 2014, y ahora nos toca repasar el repertorio contenido en él.
El repertorio se inicia con la extensa suite ‘Mudança Dos Tempos’, la cual se extiende más allá de los 20 minutos de duración: una manera muy osada de dar inicio al repertorio, sin duda. El prólogo consiste en una armazón de densas capas de sintetizador que emulan a un mellotrón, preparando el terreno para que el primer cuerpo instrumental irrumpa con un vigor rotundo. La fastuosidad inherente a las diversas ideas melódicas que se van hilando a lo largo del camino y la meticulosa estilización con que se registran los múltiples arreglos instrumentales establecen nexos claros con la vitalista añoranza sinfónica bajo la que se encuadran bandas compatriotas como QUATERNA RÉQUIEM y TEMPUS FUGIT, y también con otras bandas foráneas como IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE y THIEVES’ KITCHEN. La alusión a este último punto de referencia cobra especial sentido en relación con el empleo de algunos grooves jazz-rockeros por parte de la dupla rítmica. La sección dominada por el violín es notable por su empleo tan exquisito de la vitalidad rockera en curso – un poco a lo CURVED AIR –, con lo cual completa el espíritu iniciado por el solo de piano precedente. En algún momento después de superada la barrera de los 14 ½ minutos emerge un interesante interludio polícromo a lo GENTLE GIANT: ¡qué pena que sea tan breve! El último pasaje cantado de ‘Mudança Dos Tempos’ nos lleva al muy popular terreno del paradigma Genesiano con elementos de la inmortal tradición sudamericana: lirismo en estado puro alimentado por una magnificencia renovadora. Tras esta maratón progresiva de tan ambiciosa envergadura, ‘2014’ emerge para articular y desarrollar una juguetona gracilidad rockera que nos remite por partes iguales a los paradigmas de BACAMARTE y al modelo del CAMEL de la etapa 74-76. Las capas de guitarras acústicas que complementan a las bases y las florituras de los teclados construyen con la colorida base rítmica el swing adecuado para la ocasión.
Con ‘Presença’ llegamos al ecuador del repertorio y con ello se nos brinda una óptica más jazzera dentro de la variopinta visión progresiva del grupo. Ya desde la introducción notamos un cierto apego a los paradigmas de HATFIELD & THE NORTH y de CARAVAN, aunque de hecho también hay intensos antecedentes de amistad con los estándares del jazz en la misma tradición progresiva brasileña (TERRENO BALDIO y SOM NOSSO DE CADA DIA). Recapitulando y capitalizando los aspectos más rotundos de la canción precedente, ‘Presença’ genuinamente llega a instaurar un cénit decisivo del álbum. La vitalidad de esta pieza es de claro talante primaveral, mientras que la que resuena en la siguiente canción, ‘Abdu Pensante’, se expresa dentro de un esquema de trabajo más sofisticado, elaborando fluidos contrastes entre pasajes reposados y extrovertidos: mientras tanto, queda claro que el grupo se dedica a preservar el aspecto jazzero de ‘Presença’ y a seguir ahondando en la claridad melódica que sistemáticamente ha estado guiando y desplegando la continua inspiración melódica, y así gozamos de la sensación de un cénit musical que se va perpetuando con solvencia y frescura. Durando poco menos de 10 ¾ minutos, ‘Instante De Velejar’ cierra el disco con una disposición para retomar la estrategia de discursos polivalentes y caleidoscópicos que tan buenos resultados había dado en la suite inicial, con una convincente prestancia para cosechar una siembra igual de disfrutable. Pero ante todo, ‘Instante De Velejar’ luce sus propias características peculiares, como es el hecho de que el aspecto fusionesco aparezca de forma más pronunciada en medio de toda la versatilidad melódica en el desarrollo de la pieza. También es de notar que hay más espacio para el explayamiento de momentos melancólicos y lánguidos: es en algunos de estos momentos que los sobrios fraseos solistas de la guitarra suenan bien Floydianas, mientras que en otros el asunto se orienta hacia el candor pastoral de inspiración folklórica (especialmente como el GENESIS de la etapa 70-71). El epílogo traduce todo esto a una ceremoniosidad envolvente que recoge el aspecto épico de la esencia del prog sinfónico latinoamericano (y también el italiano): eso sí, creemos que su efectivo dramatismo pudo ser más explotado de haber tenido una duración mayor... pero como sea, el cierre ostenta una innegable belleza.
Todo esto fue “Sinagoga Zen”, un disco enérgico y bello que pone a su quinteto gestor en un lugar altivo y señorial dentro de las ligas de las más brillantes promesas de la nueva generación del rock progresivo sudamericano. No sabemos qué nos depara el destino pero los horizontes artísticos hacia los que se proyectan los SINAGOGA ZEN portan una presencia muy luminosa: por lo pronto, esta carta de presentación nos ha dejado muy impresionados. ¡Recomendado al 100%!César Inca
El disco contiene cinco composiciones diferentes que tienen una personalidad muy fuerte, ya desde la larga suite "Mudança dos Tempos" (con esta canción se presentaron ante nosotros) se manifiesta un conjunto de sonidos que vamos a definir de todas formas como un sustrato de jazz y rock en un progresivo cambiante y fluctuante y que tiene desde sinfonismo hasta experimentación pero por suerte tiene un sonido evidentemente latinoamericano y fundamentalmente brasilero, cosa que les agradezco enormemente y que me impulsó a escribir esta reseña aún cuando no tengo el disco en cuestión, aunque lo pueden escuchar desde su espacio en SoundCloud.
Era uma noite fria de 2004 quando ouvi a Sinagoga pela primeira vez. Estávamos na calçada do Bar Atalaia, em Bento Gonçalves, quando o Alison e o Zé me chamaram até o Opalão para ouvir o cassete de algumas músicas recém gravadas. O som que saiu do toca-fitas era um tema instrumental, com riffs de guitarra pesados, lembrando o Black Sabbath. Daí pra frente a Sinagoga passou a ouvir tudo e a incorporar tudo. Piazzolla, Novos Baianos, Miles Davis, Almôndegas e Stockhausen. E principalmente rock progressivo e fusion: Pink Floyd, King Crimson, Genesis, Yes, Mutantes (da fase sem a Rita Lee), Som Nosso de Cada Dia, Weather Report, Passport, Mahavishnu Orchestra, e por aí afora. Em meio a um amplo universo sonoro a Sinagoga encontrou no rock e no jazz dos anos setenta seu sentido estético e ideológico.Juliano Dupont
O progressivo é filho bastardo da psicodelia. A contracultura do final dos anos sessenta e da primeira metade dos setenta combinava música clássica e psicodelismo, blues e samba, jazz e ritmos indianos. É provável que o termo, inventado pela crítica musical para catalogar um estilo híbrido e sofisticado de música pop, tenha origem etimológica no jazz progressivo auto-proclamado por Stan Kenton. O jazzista americano criou, junto a outros músicos da costa oeste, um estilo que fugia do padrão tema-improviso- tema, comum na composição do jazz. Com um método composicional aparentado ao clássico, Kenton sobrepunha temas musicais sem deixar de improvisar. O rock progressivo herdou a característica da sobreposição de temas, unidos como em uma sinfonia, mas sem improvisos. Para compreender o rock progressivo também é preciso resgatar o papel dos músicos ingleses, que desenvolveram, a partir do final dos anos sessenta, um rock mais sinfônico. Eram jovens que não resistiram ao apelo rebelde do rock e desertaram dos rígidos conservatórios europeus. E desbundaram.
O ideal setentista foi o manancial estético para os músicos da Sinagoga. Como amavam tanto a energia do rock quanto a harmonia e o estudo da música, o caminho natural foi o rock progressivo. Em dez anos o grupo teve diversas formações. A mais improvável tinha reunidos, no palco, três vocalistas, dois bateristas e dois guitarristas – um triunfo de abnegação no mundo do rock. O Alison e o Zé permanecem desde a fundação. Ainda no início, entrou o Teclas, na época cursando o segundo grau. O Taborda, três anos depois. E agora, no primeiro registro fonográfico, a Giulia nos vocais. Todos os integrantes tem vida musical bastante variada, como músicos e professores.
Para além da música, a Sinagoga foi uma utopia social. Foi emblemática a casa mantida pelo grupo que servia de estúdio, palco, bar e dormitório. Abrigava, também, coletivos de poesia e teatro, que gravitavam em torno à banda. Era um projeto multi-artístico. Foram realizados espetáculos, compostos por textos de criação coletiva, musicados ao vivo. Além da música e do grupo de teatro e poesia, dezenas de pessoas se encontravam na casa para festear e conversar. As principais saturnais sinagoguianas se davam na praça do bairro São Francisco, em frente ao ginásio do Susfa. O som da Sinagoga foi a liturgia de muitas celebrações dionisíacas. São inesquecíveis, para todos que testemunharam, os shows na Cachaçaria, no Zarabatana e no SESC. Na Praça Centenário, num domingo à tarde, reuniram-se Sinagoga Zen, Vodu (saudoso grupo de rock instrumental) e Bardos da Pangeia. Música de alta qualidade num clima de modesto Woodstock.
O primeiro disco da Sinagoga Zen não é uma estréia, é uma celebração. Foram dez anos de experiências e amadurecimento. Seus integrantes fundaram escolas, renovando o ensino musical na cidade. Este disco expressa a comunhão de todas as pessoas que viveram com a Sinagoga, caminhando pelas ruas, tocando em tantos lugares, vivenciando uma geografia e um tempo que se tornam, para sempre, afetivos. É um canto de louvor à amizade e ao amor pela música.
Agora é fazer como sugeria o título de um elepê d’Os Novos Baianos –vamos pro mundo.
Y mejor si las escuchando porque no sé si me vas a creer... confirmarlo por vos mismo por favor.
Un disco refinado, con brillo, donde Brasil vuelve a sorprender al mundo y sobretodo al oyente del rock progresivo de cualquier parte del planeta. Por suerte ya nadie (al menos que yo escuche) ya dice que el género del rock progresivo está muerto, si alguien lo dijera lo que se me ocurre en este momento es mostrarle lo que está haciendo Zen Sinagoga en Brasil.
Hurra por los Sinagoga Zen, no solamente por su bella e imaginativa música, sino también porque se animan a ser ellos mismos, representan su lugar (y su hogar) y como dice Steven Wilson: "La única manera de hacer algo diferente es haciendo algo que exprese tu personalidad". Y esa frase quizás es una de las que mejor representan a lo que hacemos en este blog, buscando los sonidos que nos hacen bien y felices mientras buscamos (y nos definimos en...) nuestro lugar en el mundo.
Y el disco es una belleza, una travesía sonora increíble y emotiva.Podés escuchar parte de este material desde Soundcloud:
https://soundcloud.com/sinagoga-zen
https://pt-br.facebook.com/sinagogazen
www.sinagogazen.tnb.art.br/
Lista de Temas:
1. Mudança dos Tempos
2. 2014
3. Presença
4. Abdu Pensante
5. Instante de Velejar
Alineación:
- Rafael Vignatti / Teclados y piano
- Alison Sebben / Batería y percusión
- Giulia Ferreira Dall'Oglio / Voz
- Felipe C. Taborda / Guitarra, viola, violonchelo y bajo
- Wilian M. Baldasso / bajo, violin, viola y guitarra