Cierto día, en Zurich, analizando Jung con una paciente un sueño de ésta última, y que se relacionaba con el regalo de un escarabajo de oro, algo golpeó en la ventana de su gabinete. Jung fue a ver qué era y al abrir la ventana penetró en el cuarto un escarabajo, un scarabeide cetonia aurata, lo más próximo a un escarabajo de oro que puede encontrarse en nuestras latitudes, especie emparentada con el mítico escarabajo de oro egipcio motivo de los sueños de su paciente y objeto de las actuales reflexiones del psicólogo.. La sincronicidad, denominado por la mayoría de las personas como “casualidades” es el principio que rige esa serie de circustancias y acontecimientos que nos pasan en el momento justo, en el lugar idóneo, en la situación perfecta.
Cierto día, en Zurich, analizando Jung con una paciente un sueño de ésta última, y que se relacionaba con el regalo de un escarabajo de oro, algo golpeó en la ventana de su gabinete. Jung fue a ver qué era y al abrir la ventana penetró en el cuarto un escarabajo, un scarabeide cetonia aurata, lo más próximo a un escarabajo de oro que puede encontrarse en nuestras latitudes, especie emparentada con el mítico escarabajo de oro egipcio motivo de los sueños de su paciente y objeto de las actuales reflexiones del psicólogo.. La sincronicidad, denominado por la mayoría de las personas como “casualidades” es el principio que rige esa serie de circustancias y acontecimientos que nos pasan en el momento justo, en el lugar idóneo, en la situación perfecta.