Sincronicidad e inconsciente colectivo: las tonterías del Dr. Jung

Por Daniel_galarza
"Jung está más cercano a la parapsicología, que a la psicología evolucionista o a la antropología cultural difusionista." Gabriel Andrade.

La figura de acción de Carl Jung tiene extasiado al
blogger "Urspo", tal como se muestra en esta
foto de su blog.

El psicoanálisis inspiró una serie de corrientes pseudocientíficas tales como la orgonomía de Reich o el charlacanismo, peyorativo que los detractores de Lacan usan para referirse a sus tesis. Pero una corriente que influiría al surgimiento de la anticientífica psicología humanista, sería la psicología analítica de Carl Gustav Jung.
En un principio, Jung era uno de los alumnos, colegas y amigos más cercanos de Sigmund Freud, pero luego de una ruptura tanto académica como emocional con su maestro, Jung crearía su propia teoría psicoanalítica (la psicología analítica), la cual contiene dos conceptos básicos diferentes del psicoanálisis freudiano: la sincronicidad y el inconsciente colectivo.
Como buen psicoanalista, Jung hizo caso omiso de las herramientas de investigación científica, tales como la estadística y el método experimental. En vez de eso, luego de reponerse lentamente de su depresión causada por su ruptura con Freud, se dedicaría a la creación de esta nueva forma de psicología independiente de la freudiana, la cual acusaba de ser reduccionista y exageradamente materialista. Jung era un creyente a pies juntillas en la parapsicología, la astrología y el espiritismo.
A diferencia de Freud, quien dividía la mente en ello, yo y superyó, Jung la dividió en yo, inconsciente personal (o individual) y el inconsciente colectivo. La influencia del psicoanálisis freudiano es evidente en la descripción que Jung hace del yo y el inconsciente personal (no muy diferentes del ello y el yo descritos por Freud); sin embargo, el inconsciente colectivo representa un concepto original.
Según Jung, el inconsciente colectivo es la parte del inconsciente común a todos los seres humanos. El inconsciente colectivo contiene los llamados arquetipos (mientras que el inconsciente personal contiene los complejos), los cuales son las predisposiciones universales de la mente no fundamentadas en la experiencia. De forma parecida al mundo de las ideas platónico, los arquetipos de Jung, según nos dice, no tienen origen en los sentidos, pero tienen existencia independiente y son conocidos directamente por la mente. Sin embargo, la teoría metafísica expuesta por Jung se diferencia de la de Platón en su afirmación que los arquetipos surgen de forma espontánea, y sobre todo en tiempos de crisis.

Jung fue un creyente y practicante en
el espiritismo, la astrología, la clarividencia,
el esoterismo... y el fenómeno ovni, tal como
muestra este libro que dedicó
a los platillos voladores,
descargable en PDF.

Así, las crisis emocionales vienen a ser las puertas hacia el inconsciente colectivo revelando la verdad profunda oculta en la consciencia ordinaria. Jung estudió la mitología antigua asegurando que estas historias se basaban en los arquetipos, pues la mitología es el depósito de verdades profundas  y maravillas ocultas. Aunque aseguraba que estas ideas se sostenían científicamente, lo cierto es que nunca se ha encontrado evidencia que corrobore o sostenga cualquiera de sus tesis sobre el inconsciente colectivo. Lo que Jung muestra, más que una psicología científica, es una doctrina cuyo fondo ontológico es espiritualista, es decir, considera a la mente como una clase de sustancia diferente al cuerpo (tesis filosófica sostenida por todo el psicoanálisis en general), y por tanto resulta incompatible con el grueso del conocimiento científico.
No solo las crisis son la puerta para el inconsciente colectivo. Otro fenómeno que Jung “estudió” (y una de sus ideas principales contrarias a Freud) es el de las “coincidencias significativas”. Según este ex-psicoanalista, existe una clase de fenómeno oculto que consiste en la correlación de hechos arbitrarios, tales como encontrar un escarabajo en su consultorio mientras su paciente en turno le platicaba sobre un sueño con escarabajos (el escarabajo es un símbolo egipcio, y por tanto, concluyó en aquella ocasión, tanto el escarabajo del sueño como el escarabajo en su consultorio ofrecen un mensaje trascendental al paciente: necesita liberarse del exceso de racionalidad). Para Jung, este tipo de cosas no era cosa del azar, sino que existía una sincronía entre la mente y el mundo de los fenómenos de la percepción.
Como firme creyente en lo paranormal, Jung agregaría un nuevo concepto a este conjunto de la irracionalidad: el de sincronicidad, un principio no causal que vincula eventos de similar significado por su coincidencia en el tiempo. Así es como la sincronicidad sería una puerta más a los arquetipos contenidos dentro del inconsciente colectivo. Es evidente que estas ideas rayan en la locura y el absurdo, al carecer de toda base lógica o empírica, más allá de la imaginación (probablemente) trastornada de Jung. La defensa de su principio de sincronicidad ha llegado a ser tachado incluso de estúpido por carecer de cualquier sentido lógico, tal como explica Robert Todd Carroll en su Skeptic's Dictionary. Los casos de “coincidencias significativas” son en realidad explicables por la apofenía, un error de percepción bien estudiado en psicología. 

Jung puede ser justamente considerado
un gurú de la new age, más que
un psicólogo.

Las tesis de Jung, tal como se dijo desde el principio, forman un cuerpo de creencias antecesoras de la psicología humanista. Sus ideas siguen teniendo difusión entre los charlatanes de la new age, en especial los practicantes de pseudotecnologías como el indicador de tipo Myers-Briggs. Jung fue promotor de varios de tipos de irracionalidad, incluido el creerse una clase de profeta: se cuenta que entre 1913 y 1917 Jung pasó por un periodo de enfermedad mental al que solía referirse como una "confrontación voluntaria con el inconsciente". Jung, luego de este "encuentro", se veía a sí mismo como el hombre cuya misión en la vida era llenar el vacío a aquellos pacientes que habían perdido su fe en la religión. De acuerdo a él, todos sus pacientes mayores de 35 años sufrían de "pérdida de religión." La solución era llenar aquellas vidas sin sentido de trascendencia con sus propias invenciones: los arquetipos y el inconsciente colectivo. Con todo, Jung fue sin lugar a dudas, uno de los principales abuelos de las pseudociencias de la mente contemporáneas.
SI TE INTERESA ESTE TEMA *"Los disparates de C. G. Jung" por Gabriel Andrade en su blog Opiniones. *"Synchronicity" y "Collective unconscious", entradas en The Skeptic's Dictionary, de Robert Todd Carroll. *"Synchronicity", por Christopher Bonds, en The Skeptic Encyclopedia of Pseudoscience, editada por Michael Shermer, Skeptic's Society.