Introducción a SANTIAGOAutor: Santiago ( hijo de María y José, y medio hermano de Jesús).Fecha de escritura: Entre el 45 y el 49 D.C.Título: Es el nombre del autor del libro: Santiago.Trasfondo: Santiago no se hace creyente sino hasta después de la resurrección del Señor Jesús. Más tarde se convierte en líder de la iglesia en Jerusalén, preside en el concilio de Jerusalén, y está entre los que esperan el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Estas enseñanzas de Santiago pueden ser comparadas al libro de Proverbios y a las enseñanzas de Jesús, especialmente al Sermón del Monte. El énfasis de la carta de Santiago es el lugar crucial de las buenas obras en la vida de cada creyente.Lugar de escritura: Posiblemente Jerusalén.Destinatarios: Las doce tribus dispersas entre las naciones (judíos cristianos).Contenido: No es suficiente decir que sencillamente tenemos fe. Santiago enfatiza que nuestra fe debe manifestarse en buenas obras. Su carta cubre una amplia gama de pecados: orgullo, prejuicio, hipocresía, mundanalidad, lengua descontrolada, apatía. Este tratado práctico da a los cristianos judíos dispersos un sólido entendimiento de su unión en Cristo. Sus pruebas, deseos, relaciones, oraciones, compasión, paciencia y fe, todo tiene su lugar en la adoración a Dios y en el ministerio a otros. La carta concluye con un relato dramático de la fe de Elías.Palabras claves: “Paciencia”; “Religión pura.” Santiago hace énfasis en que la “paciencia” es una virtud que cada creyente necesita a fin de ser perfecto y completo en Cristo. La “religión pura” es vivir justamente ante Dios y ser ejemplo ante el mundo. Esto incluye una relación apropiada con huérfanos, viudas y otros.Temas: • Somos salvos sólo por fe, pero la fe que nos salva nunca está aislada. . . sino que se revela en obediencia y frutos. • No podemos ser salvados por buenas obras, por muchas que sean. • La fe sin obras no es verdadera fe. • Debemos ser hacedores de la Palabra, no simplemente oidores. • Nuestra fuerza humana no puede controlar la lengua. . . que sólo se puede controlar con el poder de Dios. • Nunca hay lugar para la discriminación o la codicia en la vida de un creyente dedicado.Bosquejo:1. Introducción. (1:1)2. Pruebas y tentaciones. (1:2-1:18)3. Características de la verdadera fe. (1:19 -2:26)4. Piedras de tropiezo. ( 3:1 -5:6)5. La fe que triunfa. ( 5:7 -5:20)Información Histórica:El Nuevo Testamento se divide en varias secciones, cada una de las cuales trata unos temas muy concretos. Hay una última sección, que introduce el libro de Hebreos, está relacionada con un único tema, el de la fe. Toda la fuerza de estas epístolas del Nuevo Testamento tiene como fin explicarnos lo que es la fe y cómo funciona y cada una de las epístolas contribuye de manera única a este tema.Santiago es, por tanto, el segundo libro correspondiente a esta sección que trata acerca de la fe. Esta epístola es de un significado particular y único por haber sido escrita por el ser humano que más conocía al Señor Jesús, por lo menos en lo que se refiere a la evidencia histórica de la que ha quedado constancia y ha llegado hasta nosotros. Santiago, el hermano de nuestro Señor, se crio en la misma casa en Nazaret, creció junto al Señor Jesús, le vio durante todos esos años de los que nada se sabe, y se unió a sus otros tres hermanos: José, Simón y Judás, para oponerse al Señor Jesús durante la primera época de su ministerio. Santiago se convirtió por fin gracias a la resurrección de Jesús y el apóstol Pablo nos dice que después de la resurrección, el Señor se le apareció a Santiago (también conocido como Jacobo). (1ª Cor. 15:7)Muchos de nosotros daríamos cualquier cosa por saber qué sucedió durante ese tiempo en que Santiago consideró a Jesús solo como su hermano. Fue uno de aquellos que tuvo serias dudas en cuanto a que Jesús fuese realmente el Hijo de Dios, como él decía ser, y en una ocasión hasta consideró que estaba loco y vino con sus hermanos y con su madre para que le encerrasen, o al menos para llevárselo con ellos a su casa, a fin de alejarle de la vista del público, pero finalmente y gracias a la resurrección, se convenció de que era verdaderamente Dios, manifestado en la carne, “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y también Santiago vio su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). De modo que Santiago comienza su epístola, como siervo de Dios y del Señor Jesucristo.Este es un gran testimonio acerca de la deidad de Jesús ¿no es cierto? Así habla el que, según la naturaleza, era su hermanastro, refiriéndose a él como “nuestro Señor Jesucristo y en todo el libro hallamos una gran reverencia y respeto por la persona del Señor, que no tiene comparación en todo lo escrito en el Nuevo Testamento.Ha existido una considerable controversia respecto a si fue, efectivamente, Santiago, el hermano de Jesús, el que escribió la epístola, pero si examina usted detenidamente el trasfondo, se ve que es casi seguro que debió ser escrita por mano del hermano del Señor. En los primeros días después de la resurrección, se convirtió en el dirigente reconocido de la iglesia en Jerusalén, y era considerado por todos con reverencia y respeto, incluso por los judíos, de manera que se ganó el apodo de “Santiago el justo. La tradición nos dice, apoyada por Eusebio, uno de los grandes padres de la iglesia y respetado historiador, que Santiago murió finalmente como mártir por causa de su fe, siendo empujado desde el pináculo del templo. El pináculo del templo era la pared que estaba en una esquina, alrededor del templo y que sobresalía sobre el Valle de Cedrón. Hay una caída de más de cuarenta y cinco metros de altura desde la parte superior de la pared al valle. En una ocasión estuve sobre esa muralla, situado sobre el pináculo del templo, y al mirar hacia abajo recordé que fue precisamente en ese mismo lugar donde el demonio llevó a Jesús con el propósito de tentarle para que se tirase desde el pináculo del templo.Eusebio nos dice que fue alrededor del año 66 A.D., cuando Santiago el Justo, hermano de nuestro Señor, fue empujado por los judíos desde este pináculo, enfurecidos con él por causa de su testimonio cristiano. Eusebio afirma que la caída no le produjo la muerte y que se las arregló para ponerse de rodillas para orar por sus asesinos, de modo que acabaron la tarea apedreándole hasta matarle y Santiago pasó a formar parte de la lista de los mártires de la fe.Es evidente que esta epístola fue escrita al principio de la vida de la iglesia. Procede de esa época, según se nos dice en el libro de Hechos y puede, por ello, ser el documento cristiano más antiguo que tenemos, escrito posiblemente incluso antes que Marcos o Mateo.____________________________________________________________________________