Síntomas de mi segunda betaespera – Primera semana

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Desde un primer momento supe que quería que esta betaespera fuese diferente a la anterior. Y vaya si lo está siendo.

En mi primera betaespera pude tomarme los primeros 5 días con mucha calma, además de que era Navidad y estaba de vacaciones, contaba con la inocencia del primer intento.

He decidido escribir esta entrada (y la semana que viene habrá otra), porque por más que lo intente, no consigo alejar mi mente de lo que puede ser que esté ocurriendo en mi interior en este momento.

De forma involuntaria, comparo los síntomas, o lo que quiera que sea que me pasa, con los síntomas de la vez anterior, y me vengo abajo. Precisamente, la vez anterior no acabó bien, por lo que no debería querer volver a repetir aquello. Pero no sé, quien haya pasado por esto, bien sabe que una acaba implorando por sentir algo.

Aquí están los síntomas de mis primeros cinco días de betaespera:

Día 0 de betaespera, embrión de 4 días: Fue el día en el que me hicieron la transferencia embrionaria. Poco que contar. Grogui por el Valium que tomé. Me paso el día durmiendo y haciendo reposo absoluto.

Día 1 de betaespera, embrión de 5 días: Debido a que me hicieron daño en la transferencia embrionaria, me paso el día con dolor en el útero. No es como el de regla, porque no es un dolor que se extiende. Es un dolor muy focalizado, que supongo que será el cuello del útero.

Por lo demás, nada. Estoy de vacaciones y acompaño a maridín a pasear a la perra para que me de el aire.

Día 2 de betaespera, embrión de 6 días: Decido utilizar la misma técnica que la vez anterior, que consiste, básicamente, en creerme embarazada. Es la mejor manera de proyectar. Encuentro una página web que me explica el desarrollo del embrión y me ayuda a imaginar lo que pasa en mi interior. Sigo de vacaciones, y aunque aún tengo molestias en el útero, son muy leves. Esperaba sangrar algo por lo que pasó el día de la transfer, pero nada.

Por la noche, empiezo a tener tirantez en el útero. Me molesta estar de pie, me molesta estar sentada. Sobre todo hacia el lado derecho.

No hago ningún tipo de esfuerzo a lo largo del día, sólo acompaño a maridín a pasear a la perra.

Día 3 de betaespera, embrión de 7 días: Hoy debería comenzar la implantación, y así lo proyecto. He tenido pesadillas y me levanté sonámbula buscando pastillas, símbolo inequívoco de que tengo mucho estrés.

Paso el día con altibajos, y por la tarde, quedo con una amiga en el Starbucks. Me compro un té Rooibos Chai para tomarme por la noche sin que maridín se enfade porque tome hierbas que puedan no ser buenas para un posible embarazo. Le pedí consejo a Matronaonline y me recomendó que me leyera este artículo.

Tengo pinchazos de forma intermitente en el útero, aunque espero con ansias el dolor de pechos.

Día 4 de betaespera, embrión de 8 días: Me levanto triste, con un mal presentimiento. A lo largo de la mañana, tengo pinchazos muy leves en el útero, y noto que los pechos me molestan, pero no duelen. No sé, están raros.

Me doy cuenta que desde el lunes, solo he ido al baño una vez. Estoy estreñida, y ni me había dado cuenta.

Quedo a comer con dos amigas, y empiezo a tener pinchazos más molestos en el lado derecho del útero, sobre todo cuando me pongo de pie. Me voy a casa pronto porque empiezo a estar agotada, y me voy a dormir a las 20h, sin cenar, con bastante dolor de útero, de riñones, pechos duros y los ojos casi cerrados.

Me pongo la alarma a las 23h y a las 7 de la mañana para ponerme la progesterona.

Día 5 de betaespera, embrión de 9 días: Después de dormir 12 horas (interrumpidas por la alarma de las 23h en la que me puse la progesterona), me doy cuenta de que no recuerdo de si me he puesto la de las 7 de la mañana. Compruebo la caja, cuento… no. He apagado la alarma y he seguido durmiendo, así que me pongo la progesterona a las 8 de la mañana.

La molestia extraña en los pechos ya no está, pero el dolor en el útero es casi constante. Aunque me siento descansada, a las 12 de la mañana, vuelve a darme un sueño descomunal, y mientras maridín prepara la comida, me adormilo en el sofá.

Después de comer, me da un retortijon y voy al baño. Empiezo a notar de nuevo los pechos raros. Sigue sin ser dolor, simplemente, los noto ahí, pesados (y son muy pequeños, os lo puedo asegurar).

Me voy a dormir sin ningún tipo de molestia, ni en los pechos ni en el útero.
 
Y esto es lo que hay hasta ahora. Aunque sigo sabiendo que puedo notar cualquier cosa gracias a todas las hormonas que estoy tomando, sólo quiero dejar constancia de todo.