Es por ello que siempre ando en la búsqueda de nuevas opciones naturales para seguir endulzando mis platos favoritos y hoy quiero hablaros de un nuevo producto en mi despensa: el sirope de ágave.
Y es que las plantas no sólo dan color y aroma a nuestros paisajes, también nos regalan sus mejores néctares, así que vamos a situarnos en México, uno de los lugares donde se cultiva esta particular planta del desierto, que además del sirope de ágave, proporciona a los mexicanos una de sus bebidas más tradicionales: el tequila.
El jarabe, néctar o sirope de ágave es una melaza de color ámbar que tiene un gran poder endulzante (endulza el doble que el azúcar común), posee un sabor neutral y se utiliza para endulzar alimentos y bebidas naturales
La equivalencia sería: si en una receta dice que hemos de agregar 100 gr de azúcar blanca, tenemos que agregar 50 gr de sirope de ágave. En el caso de los bizcochos tenemos que añadírselo a los ingredientes líquidos para que se diluya bien. Si la preparación que queremos endulzar contiene ya bastantes líquidos, quitaremos por ejemplo media taza de líquido y añadiremos el sirope. Cuando la receta contiene miel, simplemente la sustituimos por el ágave, ya que tiene casi la misma consistencia y no alterará el resultado final de la receta.
Gracias a su bajo índice glucémico es ideal para dietas de adelgazamiento y al igual que la Stevia, es ideal para los diabéticos ya que regula los niveles de glucosa en la sangre y regula la insulina.
También disminuye el riesgo en enfermedades cardiovasculares.
Otra de sus buenas propiedades las posee gracias a la inulina, un glúcido complejo de fructosa, el cual promueve el crecimiento de microorganismos beneficiosos para la salud convirtiéndolo por ello en un prebiótico, que a su vez inhibe el desarrollo de bacterias patógenas.
La inulina también nos ayuda con nuestro tracto gastrointestinal evitando el estreñimiento, ya que contiene fibra soluble, aumenta el movimiento intestinal y beneficia la absorción de algunos minerales como el calcio, el magnesio y el fósforo.
Es importante recordar que su consumo debe ser controlado, como cualquier otro alimento y no abusar, ya que todo en exceso es perjudicial para nuestra salud. En la variedad está el saber alimentarse.
Y después de conocer otro endulzante natural… ¿por qué limitarnos a endulzar si podemos enriquecer con innumerables propiedades nuestros alimentos favoritos?