Viajaré para ser libre, me dije, y atravesé los países hacia el Norte. Escribiré porque lo necesito, me dije, y escribí sobre los lugares del Norte. Pero mientras los atravesaba, la necesidad de escribir fue más rápida, tanto que a veces se adelantó al viaje. Llegado al lugar, partes de mí se desprendían uniéndose a las cosas, y las cosas entraban para completarme, tal como había escrito. Me armé como un rompecabezas del Norte. Cambié amor por piedra, dolor por fuerza, verdad por altura. (Sombra fría de esas nubes: fui por ellas y para ellas). Ya medida que las distancias aumentaban, me creí libre. Luego todo volvería a empezar.