La colisión de partículas y antipartículas es el proceso más energético del universo, bastante más que las reacciones de fusión nuclear. En teoría unos pocos gramos de antimateria serían suficientes para un viaje interestelar.
Sin embargo, en nuestro universo no observamos fácilmente antimateria, entre otras cosas porque casi instantáneamente chocaría con la omnipresente materia aniquilándose en un poderoso estallido de rayos gamma. La antimateria en la naturaleza fue descubierta por el físico norteamericano Carl Anderson en 1933. Anderson detectó antiprotones en los rayos cósmicos, pero no fue hasta 1955 cuando los científicos pudieron crear antimateria por primera vez en el laboratorio.
Es posible generar antimateria en los aceleradores de partículas en nuestro planeta. Sin embargo, la realidad hasta ahora es que en estas instalaciones la vida de estas antipartículas es cortísima puesto que colisionan rápidamente con partículas de materia. Además el costo de tan sólo un miligramo sería prohibitivo, se estima entre 10.000 a 15.000 millones de dólares.
Otro importante problema sería cómo almacenar la antimateria. Esto podría hacerse en trampas de confinamiento magnético, en las que debería existir un vacío perfecto y la existencia de campos magnéticos que retuveran las partículas y evitarsen que colisionasen con las paredes de materia del depósito. Esto sólo podría ser válido para partículas cargadas como el antiprotón o el positrón, por ejemplo. Sin embargo, sería inútil para antipartículas neutras como es el caso del antineutrón.
Otro problema es que la tremenda energía generada por la aniquilación de antimateria en una nave provocaría un poderoso efecto de retroceso, y una aceleración de muchas g, que tendría un efecto potencialmente peligroso para los tripulantes de la nave.
Investigadores de la Universidad de Penn State han concebido un motor de antimateria para propulsar la nave. También sería necesario incorporar un sistema de amortiguadores lo suficientemente robustos como para sobrevivir a las colisiones de materia-antimateria y que además pudiese proteger a la tripulación.
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Publicado en Odisea cósmica
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