Sistemas de riego

Por Tiendeo @tiendeo

Al igual que los seres humanos y los animales, las plantas no pueden vivir sin agua. El suelo de nuestro jardín requiere de una serie de riegos necesarios para mantener su equilibrio y no perder su humedad natural.
El tipo de plantas existentes en el mismo determinarán qué riego debe utilizarse y qué cantidad. Y algo muy importante, conocer el momento más adecuado para regar.

Sin lluvias y sin riego el suelo pierde su humedad constante, empieza a secarse gradualmente y las plantas inmediatamente muestran síntomas de deshidratación. La única solución y la más sencilla es el “riego”.

Nosotros recomendamos regar a primera hora de la mañana en los meses cálidos y en los meses de mucho calor (julio y agosto) a primera hora de la mañana o al atardecer, de esa forma el agua se evapora con más lentitud del suelo. Debemos conocer las necesidades de cada una de nuestras plantas y el momento vegetativo en qué se encuentra. Por ejemplo las plantas anuales necesitan riegos periódicos y poco abundantes, un árbol en plena fructificación necesita de un mayor aporte de agua mientras que un cactus no necesita prácticamente riego.

Los sistemas más habituales para el riego de plantas son: la regadera, la manguera y los sistemas de riego automático.

La regadera permite regar plantas que no están agrupadas o se encuentran fuera del alcance de cualquier tipo de riego. Para este tipo de riego una regadera de unos 9 ó 10 litros con una alcachofa de agujeros de diferentes tamaños es suficiente, el agua cae en forma de lluvia y no daña las plantas.

 

Una manguera con boquilla reguladora es sumamente práctica para regar cualquier jardín de pequeñas dimensiones. El caudal del agua se regula a través de la boquilla: un chorro de agua abundante para regar las plantas de mayor tamaño y un chorro de agua pulverizado para el césped y plantas pequeñas. Cuando utilice la manguera rodee con cuidado los arriates o macizos procurando no dañar las plantas.

El sistema de riego automático es el método más cómodo. El riego es controlado por un programador regulando la periodicidad del riego.