Con la segunda proyección del día (la primera, a las 08,30 h de la mañana había sido 'L'altra frontera', un drama apocalíptico protagonizado por Ariadna Gil) llegaba uno de los platos fuertes del Festival 2014, la nueva película de David Cronemberg, otro de los habituales del certámen.
Últimamente, estamos (mal) acostumbrados a que Cronemberg nos de una de cal y una de arena. Después de la horrible "Cosmópolis", que si no es su peor película es una de las peores de toda su filmografía, tocaba la de arena (nunca he sabido si la de cal es la opción buena y la de arena la mala, o viceversa...). Y 'Maps to the stars', que venía precedida de una muy buena acogida en otros festivales, a pesar de mejorar a su predecesora cosa que no era muy difícil, vuelve a decepcionar, o mejor dicho, a dejar indiferente.
La película es un ácido retrato de lo que se cuece en Hollywood, y Cronemberg no deja de lanzar dardo envenenadísimos a diestro y siniestro durante todo el metraje, dejando claro que la Meca del Cine es un lugar lleno de gente sin escrúpulos y/o con serios problemas mentales y de comportamiento. Si el bueno de David tenía intenciones de volver a trabajar para un gran estudio, lo lleva claro.
Todos y cada uno de los personajes que pululan por 'Maps to the stars' son unos capullos integrales, y parece que rivalicen entre ellos a ver quién es el más capullo. Pero tal nivel de imbecilidad sirve para que prácticamente todo el reparto ofrezca muy buenas interpretaciones, destacando a un Robert Pattinson, que parece que al lado del director canadiense es capaz de dignificar el que sea llamado actor, y de una Julianne Moore que está espectacular en todas y cada una de sus apariciones en pantalla (atención al momento de euforia en el que interpreta el tema de Steam "Na na hey hey kiss him goodbye") incluso estando sentada en el wc tirándose unos pedos que asustan.
El bajón que nos ha producido Cronemberg nos lo ha acentuado 'Jamie Marks is dead', un film que aburre de tal manera que no nos extraña que la verdadera causa de la muerte del tal Jamie Marks sea el sopor que produce la película.
Se acercaba peligrosamente la hora de la siesta y los recuerdos del día anterior empezaban a sobrevolar por la sala pero afortunadamente ahí estaba 'Goodnight Mommy' para remediarlo. A pesar de que su primer tercio es bastante aburrido, la película va creciendo en intensidad poco a poco para acabar en un festival gore que ha levantado aplausos entusiastas y también algun abandono.
Para acabar nuestro día, uno de esos films que a pesar de haber visto mil veces, apetece saborear de vez en cuando. 'Oculus' no pasará a la historia del cine, aunque tal vez sea el inicio de una franquicia de películas protagonizadas por un espejo asesino (aquí lo que menos importa es quienes son los perjudicados por las malas artes del artefacto/espectro malvado en cuestión) que altera la realidad de los que están a su alrededor, que deberán luchar contra ellos mismos y acabar decidiendo si lo que ven es realidad o producto de su imaginación.
Nada nuevo bajo el sol. Un argumento visto en multitud de ocasiones. Sin embargo, la correcta dirección de Mike Flanagan y el montaje en paralelo de la historia de los dos hermanos protagonistas primero cuando son niños y después en edad adulta hace que la trama mantenga la tensión y le otorga al conjunto un plus de personalidad que saca a la película de la mediocridad.
En el horizonte nos esperaba un maratón espacial con las (a priori) interesantes 'The last days on Mars', 'Space Station 76' y 'Predestination', pero tener que aguantar hasta la 1 de la mañana para poder disfrutarlas se convertía en una tarea poco más que imposible.
Era preferible recoger velas por hoy e ir a descansar, ya que el próximo día tenemos una cita con esa linda muñequita que es 'Annabelle'...
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