En nuestro último “avistamiento” en esta edición del Festival de Sitges disfrutamos de un relato de psicópatas adolescentes dirigido por Billy O’Brien.
Sinopsis:
John Wayne Cleaver (interpretado por Max Records) es un adolescente obsesionado con los asesinos en serie que, pese a sus tendencias sociópatas, hace todo lo posible para no convertirse en uno de ellos. Cuando el frío pueblo del Medio Oeste americano donde vive se ve acechado por una ola de sangrientas muertes, John decide perseguir al culpable, bajo la amenaza de descubrir que él es mucho peor que su enemigo. I Am Not a Serial Killer cuenta con la aparición del legendario Christopher Lloyd.
Opinión:
Si tu nombre de pila es John Wayne estás destinado al estrellato en el cine o al hall of fame de los asesinos en serie. Parece que la adolescencia en un pueblo perdido del medio oeste americano te da bastantes papeletas para lo segundo, o eso piensa John Wayne Cleaver, protagonista de este thriller fantástico con mucho de indie melancólico. La película, siguiendo el manual de un género típicamente “Sitgeano” tiene todos los ingredientes para gustar en un primer vistazo: musicón, sustos, asesinatos, casquería y una cotidianeidad grotesca que da algo de risa -a destacar esa máquina de embalsamar que debería acompañar al maletín de Pulp Fiction entre los mejores protagonistas inanimados de la historia del cine.
Sin embargo, se echa a faltar un poco más de textura en el personaje protagonista. Supuestamente se debate entre sus impulso sociópatas y su voluntad de ser normal pero, quizás refugiándose el director en su dificultad para sentir, no vemos a John Wayne verdaderamente torturado por ese dilema. Me quedo con las ganas de leer la novela en la que se basa, esperando mayor profundidad en los personajes, aunque seguro que carece del mejor de los ingredientes de la película: ¡Doc Brown!
Tráiler:
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