Siurana (Tarragona)

Por Yorga @javieramosantos

Siurana es única en belleza. Pocos lo pueden dudar. Una treintena de venerables casas de piedra en la cima de un alcor, a las que se accede por un desfiladero vigilado por las ruinas de un castillo árabe, los pies en el torrente del Estopiñá y la mirada perdida en los paisajes del valle del río Siurana. A ellos el viajero debe sumar la peña de la Siuranella, el Salto de la Reina Mora o la Trona, y los acantilados de Arbolí, tan conocidos por los escaladores. En cambio, se ven menos visitantes horizontales, pese a ser uno de los lugares turísticos de Cataluña. ¿Cabe una estampa más romántica?

Quizás, y también por la atención que merece al viajero, también histórica. La leyenda que prevalece en el lugar pone de manifiesto que los cristianos sufrieron de lo lindo para conquistar este nido de águilas y que, cuando lo lograron por fin, le ofrecieron a la mujer del último valí, la hermosa reina mora Abdelazia, la opción de salvar la vida si abjuraba de su fe, oferta que la dama declinó arrojándose a caballo por el abrupto precipicio. En él, todavía puede verse la que podría ser la profunda marca de la herradura del animal horadada en la roca cuando intentó frenar.

Vista panoramica del pueblo de Siurana./Elemaki

De orígenes prehistóricos por el hallazgo de hachas de piedras de sílex y puntas de flecha, el territorio que en la actualidad ocupa Siurana cobró raigambre a partir del siglo XI, cuando se convirtió en una defensa inexpugnable del Islam frente a los saqueos cristianos de Ramón Berenguer I, conde de Barcelona, de ocupar Tarragona. Su estratégica posición retrasó muchos años el avance cristiano. Hasta que en el año 1146 Berenguer Arnau recibió el castillo y la villa de Siurana. Siurana llegó a convertirse en el último reducto de la dominación musulmana en Cataluña.

En el término municipal de Cornudella del Montsant y ya en tierras del Priorato, emerge el que es considerado el pueblo más bello de Tarragona y el mejor mirador del macizo del Montsant, parque natural, a más de un millar de metros de altura, plagada de cuevas, ermitas y pasos inverosímiles. Cerca están las ruinas de la primera cartuja de España. Se trata de Scala Dei, fundada en el año 1203. El viajero descubre aquí una portalada clásica del siglo XVII, una celda reconstruida y un sosiego inquebrantable.

Iglesia de Santa María./Arnaucc

Y al viajero, una vez llegado tan magno y apartado lugar, le asalta una terrible duda: ¿qué vino probar? ¿Montsant o Priorat? Ambas denominaciones de origen, que compiten por la calidad de sus caldos, logran convertirse en bálsamos para curar el vértigo del abismo que se otea desde Siurana. Los viajes a Cataluña permiten descubrir, aparte de historia, otros encantos turísticos, como el enológico. Cualquier elección se torna sabia.

Una vez que el viajero se mete en faena, vale la pena echar un vistazo a su iglesia románica de Santa María (siglo XII), en cuyo portal lateral se conserva un valioso tímpano centrado por la figura de Cristo crucificado. Aunque no está abierta al público, la superficie acristalada instalada en la puerta permite ver su interior. No muy lejos se alza el monumento que conmemora el VIII Centenario de la Reconquista de Siurana.

Vista aérea de Siurana./turismedia.com

El castillo árabe (siglo IX) se mantiene como un equilibrista sobre la cresta del dragón en la que se asienta, cansado pero no vencido después de haber visto pasar bajo sus muros a moros, cristianos y rebeldes de la Guerra dels Segadors. Los franceses llegados con Napoleón lo desmantelaron. Sus restos coronan el pueblo, que tiene a la plaza Vieja como centro neurálgico. Retorcidas calles empedradas de origen medieval jalonadas de casonas conducen al viajero por un recorrido único, especial, mágico.

Sin duda, Siurana es un pueblo de cuento por su magnífica estampa de postal y las leyendas que le acompañan. Con muchas similitudes que otra villa medieval de la misma provincia, Montblanc. Aquí el viajero podrá encontrar la calma y el sosiego que buscaba, si es que lo pretendía, claro. A ello contribuye su escasa población, que apenas llega a la veintena de almas. De los mayores lugares con historia de toda la comunidad autónoma.

Dónde dormir: Hotel Mirador de Siurana; Ctra. de Siurana, km 7; 43362 SIURANA (Tarragona); teléfono: 977821472; info@miradordesiurana.cat

Dónde comer: Restaurante Siurana; C/ Mayor s / n; 43362 Siurana (Tarragona); teléfono: 977821027; reserves@restaurantsiurana.com.