Si eres de este tipo de gente, que le ha pasado esto, no es extraño que acciones como las que ha desarrollado Viceroy Creative te llamen la atención. A este estudio se le presentó el gran reto de crear para la marca de vodka SKYY una botella única, que destacara entre todas las de la categoría. Una botella que llamara la atención de la gente, pero que además, fuera deseada.
Basándose en estas características, el estudio tomó como referencia una tendencia: las marcas super-premium y cavas estaban incrustando pequeñas luces LED en algunas etiquetas para que estuvieran iluminadas en la barra de los clubs nocturnos y destacaran sobre las demás. Viceroy Creative tomó esta tendencia y dio un paso más allá: ¿y si esas luces de la botella SKYY, pudieran bailar al ritmo de la música?
Así es como nació no sólo una botella diferente, sino un nuevo concepto de packaging. Un tipo de envase que pasa de ser estático a dinámico. Una botella que no sólo destacaría entre las demás, sino que aportaría algo más: participaría en el escenario real del club de una forma única.
El resultado fue la incorporación de un packaging que provocó sorpresa, risas y que sacó a la luz ese factor único que caracteriza al vodka SKYY como marca. Y es que uno no puede evitar sentirse especial bebiendo de una botella como esa.