Linklater recopila sus filosofías y guiños sobre la vida y los plasma en rollos de 26mm con un audio casero en una hora y media y logra retratar en prácticamente un día a una juventud culta pero vaga a la vez.
Bueno, la vida continuó y recordé Slacker, esta película donde parece que no se hablara nada consciente, pero que al final tiene mucho sentido e interés. Es que esta película es todo una exploración antropológica sobre las situaciones cotidianas de un día cualquiera de personas cualquiera en un lugar cualquiera. Y lograr eso es jodidamente interesante. Linklater lo hizo y por eso lo idolatro, porque al ser su segunda película, decidió hacer un cameo al inicio de 5 min. hablando con un taxista sobre realidades alternas y luego, con un plano secuencia se zurró de los estándares del curso de narrativa y guión audiovisual y grabó conversaciones de una gama de personajes sin un plot común. Todo fue ficticiamente espontaneo.
"Linklater" pensando si debió quedarse en el tren
Se habla de política, de economía, de armas, de realidades paralelas, del poder de la imagen, scooby doo, de cine, de relaciones personales, de la lucha por los ideales, del misticismo, de conspiración, etc. Linklater recopila sus filosofías y guiños sobre la vida y los plasma en rollos de 26mm con un audio casero en una hora y media y logra retratar en prácticamente un día a una juventud culta pero vaga a la vez, lo cual hace que me identifique y me gusté más la película.
Sin duda, una increíble película que hace de lo trivial algo novedoso y asombroso. Se captura el momento y la importancia del conversar. Una joya del cine indie.
Frase de la película:
- La tragedia de la vida es que un hombre nunca es libre.
- Se nos condiciona a dar por hecho que sufrir es malo, y no es así.