14 de julio,
Cuzco
Despues de mi odisea, llegue sana y no tan salva. Lejos de la locura de Lima y cerca de la locura de Cuzco me paso los dias paseando por el mercado comprando finas hierbas y teteritas de barro, comiendo kiwi delicioso y volviendo a Macondo, segunda tierra mia en donde me ensenaron los secretos de la alkimia y los daguerrotipos, a conversar con los fantasmas y el verdadero significado de la palabra Buendia.
Hace sol andino, cielo celeste y nubes blankisimas, camino por calles de piedra y a veces me falta el aire, pero con la sonrisa colgada y el bolsillo lleno de hojas de eucapilto, no me puedo kejar. En la noche hay fuego calentito y muchas ganas de kedarse en este lugar donde las cosas se mantienen verdes y los perros se han apoderado de la ciudad. Al fondo el mercado, de frente la iglesia,
y slowdive en la oreja.