SMLM 2013: Apoyo a las madres que amamantan y a las que quieren amamantar.

Por Gracitata @Lactandoamando
Un año más llega la Semana Mundial de la Lactancia Materna que, aunque en España se celebra en octubre por eso de que en Agosto estamos de vacaciones, del 1 al 7 de Agosto se celebra a nivel mundial, por ello vamos a unirnos a tan importante evento.
Este año se ha planeado en las redes conseguir que el hastag #dialactancia sea trending topic en Twitter tal y como se consiguió el pasado año para celebrar esta semana.Y como cada año, WABA ha publicado un lema referido a la lactancia para celebrar esta semana, este año, el eslogan que se ha usado para dicha semana no podía ser más acertado:
“Apoyo a las madres que amamantan. Cercano, continuo y oportuno”.
Echando la vista atrás miro mis tres años y medio de lactancia y pienso en lo mucho que hemos disfrutado, en lo mucho que he sufrido, en lo mucho que he soportado y sobre todo en todo el amor que me ha supuesto amamantar a mis hijos.
Cuando hablo sobre lactancia delante de una madre que tan solo amamantó unos meses o directamente no amamantó a sus bebés por diversos motivos, me encuentro siempre con las mismas respuestas:
-Claro, tú que has tenido mucha suerte y no se te cortó la leche--Si hubieras tenido una mastitis o unas grietas como las mías le hubieras dado biberón--Con lo bien que se crían con biberón y sobre todo lo cómodo que es para nosotras, no sé cómo puedes sacrificarte de ese modo--Verás como se acostumbre, ya toma de puro vicio, se casará y te pedirá la teta--A ti te han apoyado todos pero a mí me criticaban, ni al médico le parecía bien--Pues el pediatra me dijo que dejara de dárselo y le metiera ya el biberón porque mi leche ya no alimentaba así que cómo no le iba a hacer caso--Claro, porque a ti te ha ido muy bien, no has tenido ningún problema con la lactancia, si no habría que verte-…
Y así podríamos seguir un buen rato…os suenan todas estas frases ¿verdad?.
Como decían por ahí y sin intención de ofender, “qué atrevida es la ignorancia” y es que no tienen ni idea de lo que he podido pasar o no.
Que siga amamantando tras tres años no es garantía de que todo ha sido fantástico y sin problemas.En estos tres años y medio de lactancia ininterrumpida he pasado de todo y cuando digo todo es todo o casi todo:
He pensado que no sabía amamantar, he creído que me había quedado sin leche, he pensado que mi hijo pasaba hambre, me han hecho pensar que no era capaz de alimentar correctamente a mi bebé, he dado biberones siguiendo el consejo del pediatra y he atiborrado a mi hijo de comida a los cuatro meses porque el pediatra me dijo que estaba bajo de peso por estar en el percentil  45 y por darle solo pecho, he sufrido mastitis, he tenido grietas, dolorosas, sangrantes, mi hijo y yo hemos tenido muguet, he sufrido el síndrome de Raynaud, mi hijo ha tenido mil y una crisis en las cuales pensaba que me quedaba sin teta, he sufrido los mordiscos de mi niño cuando le salían los dientes, he sentido la agitación del amamantamiento con su consiguiente sufrimiento y sentimiento de culpa, y no solo eso. 
También he tenido que soportar críticas de todos los colores, “consejos” no pedidos de que destete a mi hijo desde que este tan solo tenía unos meses, burlas y risas por parte del pediatra de mi hijo por seguir amamantándolo cuando tan solo tenía ocho meses, miradas desaprobatorias, asesinas, de pudor o de asco cuando he amamantado a mi hijo ya mayorcito y no tanto en público, ver como un guarda jurado corre hacia mí al verme amamantar a mi hija hambrienta en un centro comercial como si hubiera cometido un delito, soportar a “vecinas de banco” en el parque diciéndole a mi hijo la vergüenza de que siga tomando teta, codazos de mil y una persona que se dan entre ellos para que miren el “horror” de verme dar teta a mis hijos, que algunos me digan que voy a matar a mi hija y voy a abortar por seguir amamantando a mi hijo embarazada, que me digan que voy a dejar sin alimento a mi hija si permito que su hermano mayor siga tomando teta….y lo peor: he tenido que soportar heroicamente que me digan que estoy maltratando a mi hijo por darle pecho con tres años, que no pienso en su futuro, que eso es vicio, que no podrá tener nunca una vida sexual sana, que lo voy a joder psicológicamente de por vida.
Como he dicho antes la ignorancia es muy atrevida…porque hace daño e hiere como ya os conté.
Y ahora, después de saber por todo lo que he pasado, ¿pensáis que mi lactancia ha sido hermosa, perfecta y maravillosa? ¿Qué pensáis ahora?
Pues sí, sí lo ha sido.  Para mí ha sido y sigue siendo la experiencia más gratificante, hermosa y bonita de toda mi vida.
Y lo ha sido frente a toda adversidad porque creo en ella, porque mi secreto es que no hay secreto, simplemente la siento como lo normal, no concibo otra forma de alimentar a mis hijos, ya sea física o emocionalmente, porque sé, pienso y siento que mientras ellos sigan queriendo mi pecho (no, tranquilos, no tendré que ir al recreo del cole a darle teta como muchos me han dicho ya porque se destetarán ellos solitos antes…) yo pienso seguir dándole lo que necesitan.  Porque me siento inmensamente feliz viendo a mis hijos felices así.
Porque sé y siento que el pecho es mucho más que alimento, es pura magia cuando mi hijo está triste, enfadado o enfermo o cuando mi hija llora sin consuelo.
Porque, como lo considero lo normal, cuando comenzaron los problemas y ni en mi entorno encontré ayuda a mi problema (la solución más rápida era dar el biberón) busqué ayuda, apoyo, me informé, me formé y me formo continuamente (gracias a ello ahora estoy aquí como asesora), porque hice oídos sordos de todo el murmullo de esta sociedad enferma que puede ver algo deshonroso o impúdico en dar de mamar a un hijo y porque me propuse no rendirme, nunca, jamás.
Durante un tiempo fue una lucha, mi lucha, hoy simplemente, como digo, para mí es lo normal… ya me da igual todo lo que digan. Sigue doliendo, pero ya no afecta, no me hace dudar…y sí, porque tuve suerte, suerte de ser fuerte como el acero y superar todas las trabas que se pusieron en nuestra lactancia y de tener una pareja que nos ha apoyado desde el primer instante.
Pero por desgracia a día de hoy y en esta sociedad, toda madre que decida dar el pecho se va a encontrar con un montón de trabas y de problemas en relación a la lactancia materna, así que no es nada raro que miles de madres se vean casi obligadas a destetar prematuramente o a ni tan siquiera intentarlo.
Todavía no he visto a nadie decir a una madre  -qué asco, dándole biberón, con lo mala que es la leche de fórmula y el biberón, que luego se acostumbran y no hay forma de quitárselo y ahí lo tienes con cinco años y enganchado al biberón, qué vergüenza, eso ya es puro vicio-
¿Por qué?, pues sencillamente porque dar el biberón se ha normalizado tanto que lo vemos como “lo natural” y no hay nada más lejos de la realidad.
Comprendo que hay muchísimas, demasiadas mujeres frustradas y desencantadas por no haber podido dar el pecho bien por falta de información, por falta de apoyo, por problemas con la lactancia o simplemente porque no se han sentido preparadas para ello.
Hoy, hacemos el ejercicio de pensar cómo hubieran sido nuestras lactancias si hubiéramos tenido el apoyo, la información y la formación necesaria para hacerlo. Seguro que mucho más fructíferas, sanas y felices.
Antiguamente, cuando amamantar era lo normal, no se necesitaba formación, pues las mujeres aprendían a dar de mamar desde que eran niñas viendo cómo lo hacían sus madres, hermanas, tías, vecinas… la cultura de la teta estaba latente.
Antiguamente no necesitaban buscar información porque tenían a la tribu, que las ayudaban cuando venían las dudas, que las enseñaban cuando tenían algún problema.
Antiguamente no se necesitaba apoyo sencillamente porque ya se tenía. Las mujeres se apoyaban entre ellas, la tribu cuidaba de todas, entre todas, una mujer que amamantaba jamás estaba sola.
Pero a día de hoy no es así. No solo las mujeres crecen sin saber qué es y cómo se amamanta, no saben  cómo funcionan sus propios cuerpos de mujer, desconocen los beneficios de alimentar a sus bebés con su propio alimento y para colmo están cada vez más “ocupadas” buscando esa tan desea  falsa igualdad con el hombre que las “masculiniza” en cierto modo y no les permite ser lo que son: mujeres mamíferas,  así que carecen de tiempo real para cuidar de sus hijos.
 Esta sociedad nos obliga a trabajar, a los dos miembros de la familia, imposibilitando, como digo, el correcto cuidado de los hijos y obligándolos a dejarlos desde bebés en guarderías, con canguros o cuidadores y por tanto, en la mayoría de los casos, con biberón y leche enlatada.  
La mujer debe ser mujer trabajadora, madre perfecta, esposa amante, y perfecta ama de casa para esta sociedad, pero en realidad las mujeres solo necesitamos que nos permitan cuidar de nuestros hijos, permanecer a su lado, sin que las tareas de casa, el trabajo o el día a día nos lo impidan.
Tenemos un sistema que no reconoce a la mujer mamífera, a la mujer madre, que necesita estar con sus crías y dedicarse a ellas en exclusiva durante al menos el primer año de vida, que nos obliga a tener horarios totalmente incompatibles con la familia y mucho menos, en muchos casos, con la lactancia materna…Las madres lo tenemos muy difícil para dar el pecho, mucho.
Por eso, como acertadamente expresa en su lema de este año WABA, las mujeres que amamantan (y también las que quieren hacerlo en un futuro) necesitan apoyo cercano (familia, pareja, amigos, médicos, pediatras, sociedad…), continuo (durante todo su periodo de lactancia, es decir, desde el embarazo y hasta que su proceso de destete haya finalizado sea cuando sea) y oportuno (siempre que la madre lo necesite).
Y yo, seguiré poniendo mi granito de arena junto a las miles de mujeres maravillosas, a los cientos de grupos y asociaciones de apoyo a la lactancia materna y a los profesionales que aportan el suyo para que esto sea posible. Porque, grano a grano se hace una montaña y estoy convencida de que lo estamos consiguiendo.
La cultura de la teta será una realidad de nuevo en pocos años, ya lo veréis….