Ya que estamos en la tesitura del genio canoso de gafas de pasta, con su boxeo a lo Toro Salvaje y su violencia gratuita en el paquete, diré que si se tratase de un club privado y Joe Frazier quisiera ser aceptado, la frase adecuada de quien lo recomendara seria "es uno de los nuestros". Yo los defino como los pacientes, los silenciosos, sin mirar a nadie por encima aguantan todo tipo de embestidas hasta que llega su momento de gloria. O pasan una vida fracasando a un nivel sólo alcanzable para los genios incomprendidos. Tan capaces de demostrar aires de grandeza, como de convertirse en seres inapropiados, eso de la política y lo incorrecto que tanto usan los que se dedican a las labores de informar.
La biografía de Joe no es agradable de oír, era el aspirante, lo fue durante casi toda su carrera, aspirante de la larga sombra que iba dejando tras de sí la figura de Muhammad Ali. Y es que estos dos hombres, uno sin saberlo y el otro provocándolo, iban a convertirse en el ying y el yang de la sociedad americana de los 70. Sociedad que estaba necesitada de una revolución liberal, racial y cultural, pues ya había llovido mucho desde aquel aullido de Ginsberg. Los ánimos entre las dos américas, la de Luther King o Malcolm X y la de los dixies y el KKK, eran una bomba atómica más grande que la que se increpaban entre yanquies y soviéticos, pero esa es otra historia.
Tras la nueva "legalización" de Alí, la respuesta nunca fue de gratitud, como si nada hubiera pasado se mantuvo en su egocentrismo y sus malas maneras, quizás tenía miedo porque sabía que Joe podía derrotarlo. Y así fue, ambos se enfrentaron tres veces, las dos primeras se repartieron una para cada uno, y fue la tercera la que se considera el combate más grande de todos los tiempos, el Thrilla in Manila, más aún que el de Alí contra Foreman en Zaire.
Tapas de la Casa: Para quien esté interesad@ os dejo un par de buenos documentales sobre Alí y Foreman y sobre Frazier y Alí. Y sobre todo este circo social, por supuesto.- When we were kings.- The Thrilla in Manila.