¿Qué tal estáis? Espero que muy bien:) ¿Cómo ha empezado la semana?
Snowberry nació como una necesidad de su fundadora, tras mucho buscar en el mercado no encontraba ningún producto en el que sintiera que podía confiar. Soraya se dio cuenta de que las marcas naturales no terminaban de aprovechar los avances de la ciencia y que lo son naturales en muchos casos incluían en su composición ingredientes como siliconas, parabenos, etc., que no terminaban de gustarle. Por eso se decidió a emprender su aventura “crear un sistema sencillo de belleza natural” y de esta aventura nació Snowberry.
Soraya vivía en Nueva Zelanda, una tierra en la que hay sub-climas tropicales, podemos encontrar en ella fiordos, lagos cristalinos, selva….en conclusión ¡un verdadero paraíso natural! Pero ella sabía que no podía crear un producto 100% natural ya que también quería aprovechar ciertos avances tecnológicos que pueden favorecer al cuidado de la piel. Soraya ha conseguido crear una fusión entre la antigua sabiduría, la naturaleza y la ciencia.
Debido a la búsqueda de la combinación perfecta entre ingredientes naturales e ingredientes no naturales pero tampoco agresivos o dañinos para la piel (por ejemplo no utiliza parabenos ni siliconas) Snowberry invierte una gran parte de sus activos en I+, consiguiendo lo que se llama una autentica labor de Alquimia en cada uno de sus productos.
Una de las metáforas que más le gusta a Soraya es “las personas son como las vidrieras de colores, chispeantes y brillantes cuando el sol está afuera, pero cuando llega la oscuridad, su verdadera belleza se revela si hay luz interior” (Elisabeth Kübler-Ros) y ha intentado llevar esta manera de pensar a todos y cada uno de sus productos, basando todos sus productos en 2 pilares la belleza natural y la autenticidad.
Dentro de su filosofía hay otra frase que me ha encantado “Como hacemos las cosas es tan importante como lo que logramos”. Snowberry quiere que sus clientes confíen en sus productos, quiere cambiar las cosas para mejor y piensa que nada es imposible en la búsqueda de productos no solo de calidad si no eficaces y sin ser dañinos (solo usan aquellos ingredientes de los que están seguros que han sido cosechados de manera sostenible sin perjudicar al medio ambiente).
Respecto al envase de sus productos, Soraya buscaba un estilo que fuese a la perfección con la filosofía de la marca. Por casualidad Soraya coincidió en Londres con Rob Ryan y cuando vio su trabajo en seguida se dio cuenta de que su estilo encajaba a la perfección con los productos Snowberry. Rob Ryan llevó los ideales de Snowberry al diseño de sus productos y sin duda sus dibujos son algo muy significativo de esta marca.
Y vosotros ¿Conocíais esta marca? ¿Qué os ha parecido su historia? ¿Habéis probado alguno de sus productos? Os animo a que visitéis su web y conozcáis un poquito más de la marca y de su gama de productos :), estoy segura de que ¡os encantará!
¡Muchas gracias por leer y comentar!