Snowdonia y las tierras del norte

Por Martafr1975

Viernes 24 de agosto

La región norte de Gales está, en su mayor parte, ocupada por el Snowdonia National Park, el primer parque nacional del país y el más visitado. Su nombre en galés significa “tierras altas” y su paisaje recuerda mucho al de las Highlands de Escocia. En él se encuentra Snowdon, la cumbre más alta del país con 1085 metros de altitud y es hogar de algunas especies en peligro de extinción y de especies únicas de peces y caracoles. Sus dos mil kilómetros cuadrados abarcan bosques, valles, ríos, estuarios y una impresionante costa.

Doscientos kilómetros separan los dos parques nacionales que, por carreteras secundarias y con la caravana, se convierten en cuatro horas de camino por paisajes espectaculares.

Llegamos a Conwy a mediodía, justo a la hora de nuestro picnic habitual. Llueve y hace sol, pero el tiempo nos permite dar un paseo por la agradable y animada población enmurrallada con un castillo, Patrimonio de la Humanidad, dominando la ciudad y a orillas de la desembocadura del rio Conwy, lo que le da un aire pesquero y portuario. La muralla, de 1300 metros de largo y construida para proteger a los colonos ingleses de los galeses a los que se le prohibió vivir en la ciudad y zonas colindantes, puede recorrerse a pie y desde lo alto obtener unas vistas preciosas de la ciudad y el castillo.

A unos kilómetros al norte se encuentra Llandudno el mayor complejo costero de Gales que se extiende a ambos lados de una península. Desarrollado como centro vacacional del lujo en la época victoriana todavía conserva gran parte de su esplendor del siglo XIX, con una elegante arquitectura victoriana de pastel de bodas en el enorme paseo marítimo. Entre sus encantos destacan, además de sus edificios bordeando el mar, el muelle que sirvió como punto de desembarque para los pasajeros de los barcos a vapor que llegaban de la Isla de Man, hoy es un centro recreativo con heladerías y máquinas tragaperras.

Nuestro camping, reservado con antelación por la gran afluencia de turismo que se espera este fin de semana con motivo del Bank Holiday, está a las puertas de Snowdonia, a pocos kilómetros de Caernarfon. Es el Bryn Gloch Caravan and Camping Park, un bonito camping con buenos servicios y que nos servirá de campo base para recorrer la zona.

La noche es fría y húmeda pero el reducido tamaño de nuestro refugio hace que el fuego que utilizamos para cocinar ayude a caldear el ambiente en un momento. La estufa de aceite hace el resto.

    

Sábado 25 de agosto

Como cada día al levantarnos miramos la predicción del tiempo, aunque poco cambia desde que llegamos, hoy parece que a media mañana lucirá el sol por la isla de Anglesey, cosa que no hará por las tierras de Snowdonia. Así que nos lanzamos para allí.

La isla de Anglesey es la mayor de todas las islas de Gales y casi toda su costa ha sido designada como un área de excepcional belleza natural. Su principal tesoro es Beaumaris que combina una preciosa ubicación frente al mar, un castillo que sobresale del resto de edificios georgianos y una animada vida gracias a sus tiendas, restaurantes y hoteles. Una de sus casas, la que ocupa una inmobiliaria, data de 1400 y es una de las más antiguas de toda Gran Bretaña.

Con lo que cuesta encontrar una panadería en este país vale la pena abastecerse en la Central Bakery, situada en Margaret St. con Steeple Ln. Hacen pan de diferentes sabores utilizando productos naturales y sin aromas químicos, todos ellos buenísimos. Aunque hoy el pan no lo usaremos para hacer picnic, aprovechando que sale el sol comeremos en el White Eagle un gastropub situado en Rhoscolyn, en el punta sudoeste de la Isla de Holy, y con buenas críticas en Tripadvisor. Un lugar con jardín y terraza desde donde puede verse Irlanda mientras se saborea un tierno cordero, un pastel de pollo o unos mejillones con patatas acompañado de una cerveza y unos maravillosos rayos de sol que ya echábamos de menos.

En la punta noroeste de Holy Island, las olas rompen en el islote rocoso del faro de South Stack. El camino para llegar a él incluye cuatrocientos escalones y si se pretende entrar mejor no olvides comprar la entrada previamente en el edificio del parking, a no ser que quieras volver a subir y bajar de nuevo el empinado camino.

Llegamos a Caernarfon justo en el momento que la vida se acaba en cualquier pueblo galés. A las cinco de la tarde ya no queda nadie por la calle, las tiendas cierran sus puertas y solo los pubs y algunos restaurantes parecen tener algo de vida. Aún así es agradable darse un paseo por Caerfernon dominado por su enorme castillo al borde del mar, antes de volver al camping.

    

Domingo 26 de agosto

Lluvia, lluvia y más lluvia. Con el panorama que nos espera hoy, esta mañana nos la hemos tomado con calma para salir de nuestro refugio. Lo cierto es que no apetecía nada hacerlo pero nos hemos motivado con  la idea de hacer turismo gastronómico por tierras de Snowdonia ya que de sus paisajes poco vamos a poder disfrutar…

El cercano pueblo de Beddgelert se sitúa en el cruce de dos ríos, sus casas de piedra gris están llenas de flores y sus restaurantes y en un día lluvioso de la Bank Holiday, como hoy, están a rebosar de gente. El Hebog, en Fford Caernarfon, es de esos restaurantes que no defraudan y donde te das cuenta que los británicos si que saben comer, aunque se insista en lo contrario. El cordero con salsa a la menta, plato tradicional galés, el roast beef y la jacked potatoe con pollo y queso galés han sido, sin duda, de lo mejor que hemos comido en este viaje, además el lugar es encantador y el servicio muy amable.

Cuando salimos del bistro sigue lloviendo, cruzamos Snowdonia bajando del coche para contemplar los valles con las montañas más altas tapadas por espesas nubes que no nos dejan disfrutar en su plenitud del paisaje que nos rodea. Cogemos carreteras secundarias y casi sin quererlo llegamos a Lladnudno donde tenemos intención de subir al Great Orme, el promontorio de piedra caliza que domina la ciudad, pero hoy no es nuestro día y la carretera se encuentra cortada. Parece ser que ha habido un accidente y un chico de diecisiete años ha fallecido cayendo por el precipicio siendo éste el segundo muerto en los tres últimos meses (glups…).

El ambiente, hoy, en las calles es más animado que hace dos días a pesar de la lluvia. A los galeses parece no importarles lo más mínimo que caigan chuzos de punta, la gente sigue paseando, los niños siguen con sus juegos en la playa y, como es verano, hay que seguir comiendo helados. Nosotros en cambio, embutidos en nuestros polares, resguardándonos a cada paso y pensando en algo caliente que echarnos al cuerpo.

Pero si hay algo que nos ha dejado realmente estupefactos es la permisividad que hay alrededor de las tragaperras donde a los menores de edad se les permite jugar sin ningún tipo de control al módica precio de 2p (£0,02) cada partida. Niños de todas las edades con sus vasos llenos de monedas buscan la máquina que les traerá suerte y les vomitará más monedas de dos peniques. Es como Las Vegas pero con personas bajitas y, ojalá me equivoque, pero veo muchos futuros ludópatas. ¿O no tan “futuros”? 

  

Lunes 27 de agosto

Al igual que su vecina Anglesey, la peninsula de Llyn está considerada como área de belleza natural excepcional. Con sus 30 kilómetros de largo es una región poco desarrollada, casi virgen, quizás una de las zonas más galesas junto a la isla con la que comparte consideración.

Primera parada Nant Gwrtheyrn. Fue construido para canteras en el siglo XIX, cuando el granito era excavado en las montañas circundantes y enviado a Liverpool, Manchester y otros lugares para ser utilizado en la construcción de carreteras. Después de la Segunda Guerra Mundial las canteras se cerraron y el pueblo fue abandonado gradualmente hasta que en 1982 el Welsh Language & Heritage Centre ocupó edificios para ofrecer cursos de galés. Sus alrededores guardan aún algo de dramatismo, con infraestructuras de la cantera abandonada y granjas en ruinas donde es bastante probable encontrar cabras salvajes por los senderos que lo rodean.

Desde Morfa Nefyn, por el promontorio que se adentra en el mar y que está ocupado en mayor parte por un estupendo y frondoso campo de golf, se llega a Porth Dinllaen, una pequeña playa resguardada de los fuertes vientos y antiguo puerto de carga, construcción naval y aranque que hoy solo mantiene el Ty Coch Inn, un legendario lugar donde comer o tomarte una cerveza mientras se observa el paisaje o el animado ambiente de este curioso paraje que atrae a tanta gente. Mientras unos comen y beben otros juegan o se bañan en las heladas aguas atlánticas. Los kayaks van y vienen y las conversaciones se suceden por todos los rincones de la playa.

Aberdaron, justo en el punta de la península es también un lugar apacible donde pasear un rato por su enorme playa o, si se dispone de tiempo y ganas, hacer algún tramo del Coast Path.

Vamos volviendo por carreteras secundarias, poco a poco, disfrutando del paisaje que nos rodea, de sus playas y de ese cielo que sigue gris y nublado y al que ya nos vamos acostumbrando.

  

Martes 28 de agosto

Nos mudamos. Trasladamos nuestro campamento otra vez al sur, a la zona de Pembrokeshire NP, además de que nos encantó queremos acabar estas vacaciones con algo de sol y las predicciones por allí son más halagüeñas que en el norte o en el centro.

Desde que llegamos a Gran Bretaña nos ha llovido cada día, en mayor o menor medida, pero no hemos tenido todavía un día seco. Echamos de menos el sol, de verdad que no hace falta que caliente mucho, pero ¡luz, por favor! ¡cielos azules! ¡poder secar los albornoces!

Así que, carretera y manta.

Pero de camino hemos parado en varios puntos estratégicos y de interés para hacer el traslado más ameno y aprovechar el día. El primero de ellos Harlech, pueblo de piedra gris con su imponente castillo en lo alto de una colina vigilando la bahía de Tremadog y Snowdonia como telón de fondo.

Dolgellau es otra de esas encantadoras poblaciones de Snowdonia y es además el lugar con la mas alta concentración de edificios catalogados como históricos de Gales. En sus proximidades se encuentra el Cader Idris, uno de los picos más frecuentados por senderistas y escaladores y sobre el que pesan diferentes historias, alguna mitológica y otras sobre extraños efectos que ocurren en su cima.

La última parada la hemos hecho en Aberytswyth una animada población universitaria que se encuentra en el centro de la región central de Gales, región que suele pasar desapercibida por la belleza de los parques nacionales que la rodean: Pembrokeshire NP, Snowdonia NP y Brecon Beacons NP. Pero para que valga de ejemplo, hemos visitado una de las ciudades que dominan la bahía de Cardigan. Y lo cierto es que su paseo marítimo con grandes casas georgianas pintadas en tonos pastel bordeando la bahía, nos ha sorprendido gratamente. Es un Lladnudno en tamaño reducido, incluso tiene su muelle con un centro de ocio donde no faltan las tragaperras y los futuros ludópatas menores de edad pero, evidentemente, no tiene el mismo encanto. Las vistas desde el castillo bien merecen ser fotografiadas.

Para los frikis de Netflix (¡yo mismamente!), Aberytswyth y sus alrededores sirvió como escenario de la serie policiaca Hinterland y las localizaciones son fácilmente reconocibles.

El trayecto hasta St. Davids se alarga dos horas. Llegamos tarde y con el temor de no encontrar rápidamente una parcela libre para dormir, pero hoy la fortuna nos acompaña y, de pelos (es la última libre) conseguimos una en el camping Caerfai Bay Caravan & Tent Park. Situado en lo alto de un acantilado tiene unas vistas inmejorables y se encuentra en medio del Coast Path que bordea toda la costa galesa. Ya intentamos alojarnos en este camping la semana pasada cuando visitamos la zona, pero no había plazas libres y tuvimos que conformarnos con un camping farm.   

    

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