“Joan Lluís Ferrer acaba de publicar su último libro, titulado ‘Viaje al turismo basura’. Son 210 páginas de literatura rigurosa, pero de extraordinaria agilidad. Es un texto que se lee de una tirada. El autor, como buen y experimentado periodista que es, ya dio pruebas de su dominio del estilo de gran reportaje en su anterior libro, “Ibiza: la destrucción del paraíso”, escribe Rafael Borrás en su web (rborras.blogspot.com.es) Borrás comenta cómo Joan Lluís Ferrer nos da pistas sobre el contenido justo en el inicio del libro, al subtitularlo: “El auge de las vacaciones de borrachera en España”. Según él, la estructura de la obra es la degradación de los lugares turísticos a los que se invita a viajar: ·Lloret de Mar i Salou, Barcelona, Sant Antoni de Pormany i Magaluf. Estos lugares son clasificados en los niveles del 1 al 4, de menor a mayor grado de degradación e indecencia a los que se ha llegado respectivamente”.
Se trata de una obra libre de eufemismos. Por ejemplo, a las muertes –e invalideces– por “balconing” les denomina muertes por excesos de alcohol y drogas provocadas por la industria del turismo de borrachera; se explica cómo la extensión de pisos turísticos, en Barcelona, es clave para entender la extensión en la capital catalana del turismo de borrachera, droga y prostitución; se denuncian sin tapujos las diversas mafias empresariales, policiales... Se describe el declive de la democracia en aquellos lugares de turismo de borrachera. (“Lo que sucedió, en este periodo decisivo de la historia de Sant Antoni, fue que el poder de decisión sobre la vida colectiva del pueblo pasó de los políticos [elegidos] a los empresarios de bares", pág.110), y se documentan los silencios cómplices de los hoteleros (“En nuestra asociación, hay 30.000 camas que se han de llenar todos los días”, declara el presidente de l'Associació Hotelera de Magaluf y Palmanova, en la página 202).
“De todas formas, aquello que nos parece cabal –explica Rafael Borrás– es la explicación de que este turismo de escombros no es algo improvisado, que haya surgido por ‘iniciativa espontánea’. Detrás de los pub crawls y party boats, hay una organización empresarial perfectamente planificada que defiende este turismo como parte del modelo turístico. La prueba es el eslogan publicitario de 2016, del Tour Operador TUI para promocionar Mallorca: “Diversión hasta que te recoja el médico” (pág. 208). Para acabar, cabe decir que estas borracheras turísticas solo dejan en los destinos una pequeña parte de los beneficios económicos, e ‘importan’ buena parte de la mano de obra que ocupan. Estamos, pues ante un libro que hay que leer. Sobre todo, que deberían leer los que siguen sosteniendo que no sobra ningún turista. Pero, probablemente, los que sostienen una simpleza tan mayúscula únicamente leen sus siempre crecientes cuenta de resultados”.
La principal objeción llega de manos del PP, que hoy critica la “absoluta irresponsabilidad” del Govern balear, asevera: “No se puede decir permanentemente que sobran turistas; no es serio”. Álvaro Gijón, responsable de Turismo del PP en el Parlament Balear, afirma que en el Govern “se están volviendo locos, diciendo que sobran turistas y, al final de la temporada, habremos tenido un millón de turistas más”. Gijón aconseja que “lo que tiene que hacer el Govern es actuar y dejar de hablar mal del turismo”. Ante esta “sensación de saturación” de la que habla el vicepresidente, Biel Barceló, los populares se quejan de que el Govern haya decidido encargar un estudio al catedrático y exconseller socialista, Carles Manera, al que Gijón califica de un “amiguete que dirá lo que quieren”. Y el diputado popular pide al Govern que concrete qué número de turistas sobran, al tiempo que advierte que esto supondría la pérdida millonaria de ingresos.
Mañana: (Y II) Ibiza, la destrucción del paraíso.