Hacia muchos meses que no pasaba por una de estas crisis, o al menos no tan “grave”. Seguro que muchos de vosotros os habéis encontrado un día que (¡horror!) no os apetece leer. Puede ser por falta de tiempo, porque el libro que ha caído en vuestras manos no es demasiado interesante o por mil motivos más personales. Pero el caso es que no podéis avanzar una sola página sin hacer un esfuerzo inhumano.
Durante los años de universidad pasé meses que apenas era capaz de terminar un solo libro, pero eso era normal. También tenía mis técnicas para reengancharme, que básicamente consistían en dejarlo todo y coger una novela de Agatha Christie que me leía de una vez.
Ahora es la falta de sueño lo que me quita las fuerzas. Las primeras veces que pasaba noches casi enteras en blanco, me lo tomé a risa, pensando que así tenía tiempo para leer más. Ahora, después de dos meses sin casi dormir, no tengo ganas de nada. Me duele la cabeza día si y día también, y leer me cuesta bastante trabajo. Así que ya no digamos plantarme frente a la pantalla y escribir una reseña.
A pesar de que me siento ligeramente optimista porque esta noche he dormido bien (bueno, en dos veces, pero suficientes horas), la migraña empieza a palpitar de nuevo. Hagamos de esto un debate… ¿Pasáis por crisis lectoras a menudo? ¿Cómo salís de ellas?
Pido disculpas por el parón en el blog y espero que esta situación no se mantenga mucho tiempo… Porque hoy he arrasado un par de librerías y tengo ganas de hincales el diente.