Sobre el ejercicio de catarsis antiK a expensas de Ricardo Darín

Publicado el 09 enero 2014 por María Bertoni

“No me expliques nada… Ya entendí” o “No me expliques nada” a secas se titula el texto atribuído a Ricardo Darín, que hace tiempo (presuntamente desde agosto pasado) circula por las redes sociales, por correo electrónico y en los espacios que las versiones digitales de nuestros principales diarios opositores reservan para sus lectores al término de cada artículo. Me enteré de su existencia días atrás, gracias a un contacto de Facebook que lo replicó en su muro (aquí, la captura correspondiente) con la siguiente arenga suplementaria:

Hay que tenerlas muy bien puestas para publicar estas cosas en estos momentos de aprietes descarados… Bien por Ricardo Darín!!! Un patriota de verdad!!! Pongamos nuestro granito de arena, contribuyendo a propagar sus palabras, para que no caigan en saco roto!!!”.

No hace falta ser un lector muy ducho para reconocer -o al menos presentir- la condición apócrifa del texto. Sin embargo, la compulsión por el copy&paste vuelve a revelarse más fuerte que cualquier destello de lucidez (o sentido común) y que todos los esfuerzos por alertar sobre la naturaleza tramposa de los denominados “hoaxes” en la Web.

En palabras de la definición básica que la versión española de Wikipedia publicó sobre los “bulos”, el pretendido texto de Darín “no cita fuentes” (no especifica las circunstancias o ante qué medio el actor argentino hizo pública su declaración), “carece de fecha de publicación” (está redactado de manera atemporal, así se mantiene la mayor cantidad de tiempo posible en circulación) y utiliza un “gancho” para llamar la atención (en este caso, la fama del actor argentino). El verdadero autor de la diatriba antikirchnerista también apostó al efecto residual de las declaraciones que el protagonista de El secreto de sus ojos sí hizo ante Brando en enero del año pasado.

“Yo quisiera que alguien me explicara el tema del crecimiento patrimonial de los Kirchner. ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza? ¿Cómo puede ser?” fue la respuesta de Darín ante la pregunta “¿Qué cosas te irritan?” del periodista Pablo Perantuono. El recuerdo vago de aquella entrevista (que Espectadores comentó oportunamente hacia el final de esta entrada) se convirtió en plataforma de lanzamiento del hoax: éste parece la ampliación ¿off the record? de lo que el actor le dijo a la revista que integra el abanico de productos editoriales de La Nación.

Cuesta identificar el verdadero origen del texto apócrifo. A priori da la sensación de que hubiera salido del foro de SEPRIN (aquí figura la publicación que un miembro senior subió el 9 de agosto de 2013). Si esto fuera cierto, no sorprendería a quienes creemos que el Servicio Privado de Información es una usina de propaganda antikirchnerista (Nicolás Wiñazki cuando escribía para Noticias y Luis Bruschtein en Página/12 son algunos de los periodistas que cuestionaron la calidad informativa de los contenidos publicados por el staff a cargo del procesado Héctor Alderete).

Entre aquella ¿primera? publicación del invierno pasado y la que mi contacto de Facebook hizo días atrás, el texto incorporó un nuevo último párrafo que extiende el alcance de la catarsis más allá del kirchnerismo, a todo el peronismo (el cafierismo, el menemismo, el duhaldismo caen en la volteada). “Están haciendo mérito para terminar fusilados en Plaza de Mayo; la pregunta ya no es cómo ni quién, sino: ¿Cuándo…?”, concluye ahora el falso Darín.

Este nuevo cierre tira por la borda el esfuerzo por simular cierta continuidad con las declaraciones del actor ante Brando. De hecho, la sugerencia de ejecutar a un adversario político contradice la convocatoria, hecha en aquella entrevista, a recuperar el amor entre compatriotas, a combatir la intolerancia, a dejar de confundir disenso con enemistad.

Hace tiempo, los hoaxes desestabilizadores son moneda corriente en nuestra Web (recordemos aquella famosa advertencia sobre la creación de un fondo patriótico que atentaría contra nuestros ahorros). Quizás por eso, llama la atención la cantidad de argentinos que se jactan de poseer una lucidez y decencia a prueba de canalladas y que sin embargo terminan cayendo en el -o prestándose al- juego de propagar tamaña basura.

Estimados compatriotas, hay que tenerlas muy mal puestas -o directamente no tenerlas- para reclamar el fusilamiento de quien sea, ya no desde la impunidad que otorga el anonimato online, sino a partir de la usurpación de una identidad famosa además de ajena. Qué decir de los ciudadanos desprevenidos que contribuyen a legitimar la farsa siniestra porque son incapaces de reconocerla… Acaso deberían importarles menos la integridad de testículos (u ovarios según el caso) que el evidente déficit neuronal de sus cerebros y/o el odio patológico que corre por sus venas.

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