Ya me llamó mucho la atención que alguien como Igor González de Galdeano dejase el equipo para olvidarse de todo lo relacionado cn el ciclismo. Comentaba notarse muy cansado con el tema de la búsqueda de patrocinadores. Su vuelta tras un año de parón fue, para mí, una época que catalogaría de innovadora, pero que no salió como se esperaa. Algo que siempre me ha gustado del equipo vasco es que no solían fichar a ciclistas de fuera, solo vascos, y que, por lo general, ellos mismos formaban a los chavales con el Orbea. Yo creo que esa debería ser la estructura correcta para los equipos: formar a los corredores y, luego, subirlos a profesional. El inconveniente de coger solo a los de la tierra es que, entonces, la mayoría de las comunidades se quedarían sin ciclistas, porque no todas las zonas tienen equipos profesionales. Podemos hablar del Andalucía, por ejemplo, que estuvo durante varios años, pero ya desapareció y, aunque el patrocinador no es de allí, podemos decir que Navarra tiene su equipo con el Movistar. Pero podemos coger a ciclistas que hayan venido destacando en las categorías inferiores, acabar de enseñarles en el filial y subirlos al profesional. Esa será una posible solución, pero me imagino que si hablamos del tema económico es bastante caro.
Volviendo a Galdeano, esta segunda vuelta desatacó por los fichajes de corredores extranjeros. No sé, pero me da la impresión de que ese factor fue muy importante, junto a que alguien como Madariaga se marchó al Euskadi. A Igor se le juntó todo y me da la impresión de que se les fue de las manos. pero no me parece bien que critiquemos tanto a Galdeano. Puede que el Euskaltel haya tenido una mala gestión, pero tendríamos que vernos en su lugar para ver cómo hubiéramos reaccionado. Creo que Igor ha intentado que todo saliera de la mejor forma posible, puede que con algún error, pero lo ha intentado. ¿Decisiones arriesgadas? Está claro que quien no arriesga no gana e Igor ha tenido que tmar varias decisiones e igual que pudo salir bien, salió mal. Pero, repito, vamos a ponernos en su lugar.
Con la desaparición del euskaltel han sido varios los que se han tenido que buscar rápidamente un nuevo equipo si querían seguir este año. Algunos, como Igor Antón, han encontrado ya su hueco en el pelotón, pero otros, como es el caso de Samuel Sánchez, aún están sin un equipo. Esto me da muchísima rabia. Los ciclistas del equipo vasco son jóvenes y aún tienen mucho futuro por delante para poder demostrar su potencial. La mayoría de ellos puede que no hayan ganado el Tour o la Vuelta, pero han logrado puestos altos en varias clasificaciones y victorias en pruebas de presitgio que, junto a la ya mencionada juventud de todos, hace que sean ciclistas muy valiosos. El caso concreto de Samue, que es quien me ha inspirado para escribir este artículo, me ha disgustado de forma especial. Siempre lo he tenido por un corredor inteligente tanto dentro como fuera del ciclismo. Ha demostrado tener capacidad para ganar la prueba de ruta en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 y de hacer puestos que yo catalogaría de muy buenos en las carreras donde ha participado. Y reuslta que se queda sin equipo. Quizá estas dos últimas temporadas hayan sido algo más flojas debido a caídas o algún que otro problemilla físico, pero por eso pasan todos los ciclistas, desde el primero al último. Creo que el asturiano se merece una oportunidad en algún equipo de importancia para estar presente en las grandes pruebas del calendario ciclista internacional.
En definitiva, el ciclismo sigue atravesando una época muy mala. La desaparición del Euskaltel hace que solo quede el Movistar como equipo profesional. Esperemos que la situación pueda mejorar dentro de poco tiempo, porque, de no hacerlo, veo que el ciclismo, por lo menos el español, desaparecerá porque los corredores no podrán encontrar huecos entre equipos de su tierra.