Sobre el fenómeno Megaupload, ahora Mega, habla Kim Schmitz (a. Kim Dotcom)

Publicado el 21 enero 2013 por Noblejas

No puedo ni quiero entrar en razones ni debates de legalidades sobre Megaupload y ahora sobre en recién lanzado Mega (hay aquí o aquí, por ejemplo), entre otras cosas porque de por medio está mi ignorancia sobre las auténticas razones (legales o comerciales) reales que motivaron el show mediático-ejemplarizante de la proclamación de su ilegalidad y del inmediato cierre de Megaupload por parte de variadas agencias (FBI incluido) y autoridades estadounidenses.

Sí entro en que este joven señor gordo vestido de negro tiene toda la razón del mundo en decir que los intereses de distribución del cine y (en menor medida) de la música estadounidense, actuando astutamente por países, zonas y regiones, según convenientes estrategias de mercado, no es hoy compatible con la existencia de la red. 

Y entro en convenir que no parece razonable plegarse sin más a esas estrategias de mercado audiovisual, cuando la red ofrece la oportunidad de adquirir y acceder de mono inmediato y globalmente simultáneo cientos y miles de publicaciones de todo tipo.

Es absurdo que en el caso del cine y las series de televisión la mercancía esté puesta en el escaparate y al mismo tiempo se impida su compra, porque la demanda llega de un lugar geográfico o de un otro, aunque la carta de crédito sea válida y útil para comprar de todo en todas partes, a través de la red.

Por eso imagino que ahora se están generalizando los lanzamientos y estrenos cinematográficos simultáneos en casi todo el mundo. Con el consiguiente mareo -todo hay que decirlo- de los locos viajes de promoción de actores y directores de las películas, concediendo entrevistas "exclusivas" fotocopiadas y seriadas en plan fotomatón a los medios de cada país.

En fin, no está de más escuchar las razones lógicas de Kim Schmitz (alias Kim Dotcom) que quizá amasó millones por ese prurito de la distribución audiovisual estadounidense de que los usuarios o consumidores de su mercancía (más sensorial que "intelectual", aunque recurrieran a derechos de propiedad de esa índole) se plegaran necesariamente a sus intereses comerciales: