Sobre el mecanismo del olvido

Por Rhenriquez

Hans Holbein the Younger: A Lady with a Squirrel

El material de la memoria sucumbe, en general, a dos influencias: condensación y deformación. La deformación es obra de las tendencias dominantes en la vida psíquica y se dirige, sobre todo, contra aquellas huellas del recuerdo que han permanecido afectivas y que presentan una mayor resistencia a la condensación. Las huellas que han devenido indiferentes sucumben al proceso de condensación sin resistencia alguna, pero puede observarse que, además, hacen también presa en este material indiferente determinadas tendencias de deformación que no han quedado satisfechas en el lugar en que querían manifestarse. Dado que estos procesos de condensación y deformación se desarrollan durante un largo periodo de tiempo, durante el cual actúan todos los nuevos sucesos en la transformación del contenido de la memoria, opinamos que es el tiempo lo que hace inseguros e imprecisos a los recuerdos. Es muy probable que en el olvido no exista en absoluto una función directa del tiempo. En las huellas de recuerdo reprimidas puede comprobarse que no han sufrido cambio ninguno en los más largos periodos de tiempo. Lo inconsciente está, en general, fuera del tiempo. El carácter más importante y singular de la fijación psíquica es el de que todas las impresiones son conservadas, por una parte, en la misma forma en la que se recibieron y, además, también en todas aquellas formas que ha adoptado en ulteriores desarrollos, carácter que no puede aclararse por ninguna comparación con otros campos. En virtud de esta teoría podría reconstruirse para el recuerdo todo estado anterior de contenido de la memoria, aun cuando sus elementos hayan cambiado todas sus relaciones originales por otras nuevas.

Sigmund Freud

Psicopatología de la vida cotidiana