Solo quedó el pequeño monte de Empel donde se refugiaron los soldados del Tercio. Un soldado, cavando una trinchera, encuentra una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Considerando el hecho como una señal divina, los soldados se encomiendan a la Virgen. Aquella noche, un viento helado hace que las aguas del río se hielen parcialmente. Entonces, los soldados españoles, marchando sobre hielo, atacaron a la escuadra enemiga al amanecer del 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Hollak dijo: "Parece que Dios es español al obrar para mí tan grande milagro".
Desde entonces, la Inmaculada Concepción es patrona de los Tercios españoles y más tarde de la Infantería española y de nuestra Nación. Por eso hoy es fiesta en España.