Hace dos años que se publicó en España Sobre el olvidado siglo XX -cuyo descubrimiento debo al lúcido Félix de Azúa- del historiador y periodista Tony Judt, que recoge diversos ensayos -en realidad reseña de libros en la mayoría de los casos- aparecidos fundamentalmente en The New York Review of Books en los últimos años-. Son verdaderas catas sobre un siglo XX que comienza a quedar atrás, que estamos olvidando a marchas forzadas, ante la espesura de la actualidad. Recoge ensayos sobre diversas figuras y acontecimientos del siglo pasado: Arthur Koestler -autor de El cero y el infinito (inencontrable en castellano), judío que renegó del comunismo y estuvo en el centro de los más audaces debates políticos e intelectuales de su época-, Primo Levi -de quien hace un retrato penetrante y le sitúa en el contexto de los otros autores del Holocausto-, Manes Sperber -autor judío que también renegó del comunismo en fecha temprana-, Hannah Arendt, Albert Camus, Louis Althusser -ofrece un retrato patético del que fuera gran pope del marxismo estructuralista en los sesenta y setenta-, Eric Hobsbawm -su infancia y juventud judías en Viena y Berlín antes de huir a Londres huyendo del nazismo, y su persistentencia en el comunismo-, Leszek Kolakowski -autor polaco de una obra fundamental para comprender el largo recorrido de la ideología socialista y comunista.También analiza la figura de Juan Pablo II, sus obsesiones polacas, sus conexiones estratégicas con la Casa Blanca, su alejamiento de la Teología de la Liberación-. Con Edward Said se adentra en el problema palestino, a través de este autor inclasificable e independiente. También analiza la Guerra de los seis días y las peculiaridades del estado judío. Entretanto se detiene en analizar la caída de Francia ante los nazis en 1940. Y a continuación analiza con detenimiento la gran obra colectiva Los lugares de la memoria de P. Nora, sobre la historia, la memoria y los lugares del fértil recorrido de Francia en el tiempo. El libro puede parecer disperso, pero lo une un mismo estilo ágil, penetrante, ecuánime, lúcido, absorvente, que va articulando distintas entradas en profundidad para asomarse a ese siglo trágico por excelencia. También hay un capítulo dedicado a explicar la disolución del estado belga entre regiones históricas, provincias lingüísticas y estructuras supranacionales, que nos recuerda demasiado a cosas que pasan por aquí. Y no se olvida de denigrar al ex primer ministro inglés en "El gnomo en el jardín: Tony Blair". La parte final está dedicada a EEUU, con ensayos sobre las crisis de los misiles de Cuba, la revisión a la baja de la figura de H. Kissinger -improvisador sin equipo, causante de errores fundamentales en la política exterior norteamericana-, la Guerra Fría, el retroceso de los liberales frente a los conservadores en la opinión pública del país -"En los EEUU de hoy los neoconservadores general políticas brutales que los liberales cubren con una hoja de parra ética", p. 374-.Tony Judt consigue atraparnos con sus análisis, con una visión tan desprejuiciada, tan libre, tan sopesada y equilibrada. Por si a alguién puede parecerle un reaccionario, en la introducción hace un elogio encendido del Estado de bienestar frente a los que abogaban por su demantelamiento. Recientemente El País ha publicado una serie de artículos suyos, como el excelente Revolucionarios, que describe con ironía a esos jóvenes airados de mayo del 68, tan ajenos a la verdadera tragedia que se estaba viviendo en Europa del Este.Seguiré leyéndolo en Posguerra.