“Constantino fundó en Bizancio la nueva capital del Imperio Romano, es decir, la segunda Roma. Las consecuencias de su gesto fueron tan impresionantes que, tuviera yo razón o no, sentía el anhelo de ver ese lugar. Al fin y al cabo, yo había pasado treinta y dos años en lo que se conoce como la Tercera Roma y alrededor de un año y medio en la Primera. Por consiguiente, necesitaba la Segunda, aunque sólo fuera para mi colección”2
1. La decadencia del Imperio y las tres Romas: Roma – Constatinopla - Moscú
La antigüedad tardía generó tres relevantes interpretaciones acerca de la decadencia del Imperio y acerca de las posibilidades de su renovación. Todas ellas provinieron del mundo cristiano: la bizantina, la agustiniana y la papal. Cada una de esas tres interpretaciones generó una propuesta de renovación diferente que acudió en respuesta a la necesidad de ofrecer un sustituto que retomara la tradición romana y asumiera la soberanía del imperio vacante. Pues aunque el Imperio había desparecido tácticamente, subsistía como institución y buscaba una sede en la cual concretar su continuidad.LEER MÁS »