Y es que innegable, que en muchas ocasiones, y aún más en estas fechas de vacaciones escolares, los abuelos se convierten en verdaderos canguros, una ayuda imprescindible para que los padres podamos seguir atendiendo nuestras obligaciones laborales. Detrás de esto, subyace la misma política destructiva del modelo económico que no permite la real conciliación laboral y familiar. Si hacemos una cosa, tenemos de dejar la otra y por ende, alguien que se ocupe de nuestros hijos mientras nosotros producimos. Las medidas económicas de soporte a la maternidad/ paternidad y las ayudas efectivas, al menos en nuestro país, son una nimiedad, un espejismo que no satisface las necesidades de ninguna de las partes implicadas.
Al menos, los abuelos permiten una figura de referencia y de apego para l@ niñ@s (importantísima, de vital importancia), pero seamos conscientes y realistas, de que detrás de esta ayuda se enconde la necesidad imperiosa de políticas reales que apoyen a la familia.
¿Qué sería de nosotros cuando estamos ocupados los dos padres por motivos sociales? ¿Con quién los dejaríamos con más confianza que con sus abuelos? Pues puede que con un cuidador o con otro familiar, pero en multitud de ocasiones, son ellos los elegidos, quizás porque la confianza en este aspecto es prioritario.
En esas ocasiones, aunque nos suene un poco duro, su papel es de canguro, cumpliendo una misión asistencial. Que no por ello es menos valiosa o digna de mérito, sino que simplemente es mejor que vayamos poniendo a las cosas por su nombre.
Y con esto, que quede por delante, que no niego el que los abuelos estén con sus nietos. Ni mucho menos.
Lo que quiero reivindicar, es que los abuelos puedan disfrutar de sus nietos durante más tiempo con menos presiones. Porque es real que para algunos abuelos las relaciones y obligaciones para con sus nietos son de verdadera presión: ahora al cole, ahora la comida, ahora a las clases de ballet, ahora al pediatra... y aparte, llevar su vida personal, que no es menos importante.
Lo que quiero reivindicar son las medidas políticas y económicas necesarias para que los abuelos puedan disfrutar de sus nietos, sin tener que ser padres otra vez. Porque ellos ya tuvieron su momento, porque ellos ya tuvieron su juventud para poder seguir el ritmo que necesitábamos para crecer, porque ellos se merecen disfrutar de su edad colaborando con sus hijos y nietos desde la entrega desinteresada, pero no desde la colaboración y ayuda imprescindible en la que se han convertido.
Lo que quiero reivindicar, es que los abuelos tienen un papel muy importante en la crianza de nuestros hijos pues están en contacto frecuente con ellos. Y ahí tenemos que tener presente que como cualquier otra persona, tienen sus historias, sus vivencias, su forma de educar que debería ser un complemento a la nuestra, pero no una delegación total.
Lo que quiero reivindicar es que ellos son la voz de la experiencia, la transmisión de costumbres y valores... que ése es el papel que les debemos ensalzar y en el que seguro se encontrarían más relajados: que les hablen de nosotros cuando éramos pequeños, que les enseñen la tarea del campo, que canten juntos, que les cuenten cuentos, que les hablen de sus profesiones, que vayan al teatro juntos...
Y ante todo: siempre gracias por estar ahí, por demostrar amor y dedicación a vuestros nietos, por entregaros de esa manera de forma desinteresada. ¡Feliz día abuelos!