La técnica de defensa con cuerda que se usaba en Japón para esposar sospechosos forma parte del Taiho Jutsu, el sistema oficial de defensa personal policial japonés desarrollado en los años 60 por maestros de artes marciales tradicionales. Esta cuerda, a menudo una cinta flexible asociada al bastón policial (como el yute o tambō de origen feudal), servía como lazo o brida para maniatar las manos del detenido cuando no había esposas disponibles, combinando la rigidez del bastón con la flexibilidad de la correa.
Origen y evolución
El Taiho Jutsu («arte del arresto») surgió para controlar sospechosos armados o resistentes usando mínima fuerza, incorporando técnicas de jujutsu, aikido y kenjutsu. La cuerda o cinta se adaptó de herramientas samurái como el tambō, un bastón corto de madera para combates cercanos, evolucionando hacia usos modernos como inmovilizaciones rápidas.
Uso práctico
En las técnicas policiales, la cuerda se empleaba para atar muñecas tras derribar al sospechoso, controlando articulaciones y dedos mediante luxaciones o presiones, antes de aplicar esposas (grilletes de bisagra o móviles). Esto permitía arrestos seguros en situaciones de alto riesgo, como agarres o amenazas, priorizando el control corporal sin lesiones graves. Hoy se enseña en dojos y academias policiales como alternativa histórica a esposas metálicas.
El hojōjutsu (捕縄術) o nawajutsu (縄術), conocido como el arte de atar con cuerda, surgió en el Japón feudal durante los siglos XVI y XVII como técnica marcial para inmovilizar oponentes, prisioneros o detenidos usando una cuerda (nawa) de unos 3-4 mm de grosor, parte de los torimono dōgu o herramientas de captura.
Orígenes feudales
En el período Edo bajo el shogunato Tokugawa, se usó ampliamente por fuerzas policiales y samuráis para arrestos, humillación pública y control sin matar, integrándose en escuelas de bujutsu como complemento a jujutsu y kenjutsu. Las ataduras rápidas (hayana wa) permitían capturas seguras en contextos violentos, evolucionando de tradiciones de empaque y rituales shintoístas hacia usos militares y judiciales.
Evolución policial moderna
Tras la Restauración Meiji y la II Guerra Mundial, se incorporó al taiho jutsu («arte del arresto»), sistematizado en 1924-1947 por comités de maestros de judo, karate, kendo y aikido para la policía metropolitana de Tokio, prohibiendo artes marciales civiles pero preservándolas para agentes. Hoy persiste en entrenamientos policiales como alternativa histórica a esposas, enfatizando control mínimo y simbólico.
El hojōjutsu se practicaba en el período Edo (1603-1868) principalmente por samuráis, agentes policiales (okappiki) y fuerzas del shogunato Tokugawa como arte complementario al jujutsu y jojutsu, usando cuerdas de lino trenzado, cáñamo o seda (3-4 mm de grosor, como hayanawa o torinawa) para capturar, inmovilizar y transportar prisioneros de forma rápida y humillante.
Materiales y códigos
Las cuerdas variaban en color según el delito, estatus social y estación: blanca para crímenes menores, azul para graves, violeta para altos rangos, negra para bajos; también azul (primavera), rojo (verano), blanco (otoño) y negro (invierno). Se confeccionaban golpeándolas para ablandarlas, con nudos variados (rápidos para captura o rituales para exhibición) y accesorios como ganchos púas, enfatizando anatomía humana y presiones articulares para evitar escapes sin daños permanentes.
Técnicas de práctica
Se dividía en dos categorías: hayanawa para detenciones rápidas (usando sageo de la espada o paquetes portátiles) y honnawa más largas para grupos o transporte a ejecuciones, con secuencias ritualizadas que inmovilizaban torso, extremidades y cuello progresivamente en minutos. Escuelas como Ittatsu Ryu (dentro de Shinto Muso Ryu) y Takagi Yoshin Ryu enseñaban control psicológico, humillación pública y simbólica (cuerdas al cuello), practicándose en dojos con seda para entrenamiento y exponiéndose solo a samuráis.
En el período Edo, el hojōjutsu utilizaba principalmente cuerdas de hayanawa (cuerdas rápidas, 3-4 mm de grosor) para capturas inmediatas y honnawa (cuerdas rituales, más gruesas) para inmovilizaciones formales, hechas de lino trenzado, cáñamo o seda resistente, golpeadas para mayor flexibilidad y con accesorios como ganchos o pesos.
Tipos y colores
- Hayanawa: Corta y portátil (del sageo de la katana), para detenciones rápidas de un solo sospechoso, atando muñecas, codos y torso en segundos.
- Torinawa: Mediana, para captura grupal o transporte corto.
- Colores codificados por delito/estatus: blanca (menor), azul (grave), violeta (noble), negra (plebeyo); estacionales: azul (primavera), rojo (verano), blanco (otoño), negro (invierno).
Longitudes específicas
- Captura individual: 3,6-4,5 metros (12-15 shaku).
- Dos personas: 7-9 metros (24 shaku).
- Cuatro o más: 10,8 metros (36 shaku) o superiores para procesiones públicas.
En el período Edo, las ataduras del hojōjutsu variaban según la clase social del reo para indicar estatus a simple vista, usando colores de cuerda y patrones de nudos específicos que denotaban rango, sexo y gravedad del delito, combinando control práctico con humillación simbólica.
Colores por estatus social
- Alta clase (nobles, samuráis importantes): Cuerda violeta o púrpura, con nudos más elaborados y estéticos para preservar dignidad relativa, evitando humillaciones extremas como cuerdas al cuello.
- Baja clase (plebeyos, criminales comunes): Cuerda negra, con ataduras más restrictivas y degradantes, como suspensiones o nudos que exponían vulnerabilidades corporales.
- Delitos menores (independiente de clase): Cuerda blanca, nudos simples y rápidos (hayanawa).
- Delitos graves: Cuerda azul, patrones complejos para mayor inmovilización y exhibición pública.
Patrones y simbolismo
Los nudos se adaptaban al género y oficio (e.g., más frontales para mujeres, traseros para hombres), con escuelas como Ittatsu Ryu usando formas rituales que reflejaban el crimen y estatus militar, priorizando no daños permanentes pero sí vergüenza pública para disuasión social.
Adaptaciones por factores personales
Las técnicas de hojōjutsu en el período Edo se adaptaban principalmente por clase social y gravedad del delito, con menos evidencia específica sobre edad u oficio del reo, aunque se enfatizaba la comprensión de la anatomía humana para personalizar ataduras según fuerza, movilidad y contexto individual.
- Género: Nudos más frontales y menos restrictivos para mujeres, priorizando torso y extremidades superiores para evitar daños o exposición excesiva; para hombres, ataduras traseras agresivas enfocadas en codos y hombros.
- Edad y condición física: Para ancianos, niños o heridos, se usaban variantes de hayanawa más sueltas (sageo o torinawa corta) con presiones articulares mínimas, evitando luxaciones completas para prevenir fugas sin lesiones graves; escuelas como Ittatsu Ryu enseñaban ajustes psicológicos y anatómicos para estos casos.
- Oficio o rol: Samuráis o guerreros resistentes recibían nudos complejos con cuerdas violeta (hon-nawa larga) para contrarrestar entrenamiento marcial; plebeyos o ladrones comunes, ataduras negras simples y humillantes; oficios manuales (e.g., carpinteros) consideraban callosidades o fuerza para nudos reforzados.
Enfoque general
Todas las variantes priorizaban rapidez, control con una mano libre y simbología (humillación pública), integrándose a jujutsu para capturas dinámicas adaptadas al prisionero.
En el período Edo, los colores de las cuerdas en el hojōjutsu tenían un significado simbólico codificado para indicar rápidamente la gravedad del delito y el estatus social del reo, facilitando la identificación pública y la humillación ritual, con raíces en tradiciones estacionales y cosmológicas chinas.
Colores por delito
- Blanca: Delitos menores o leves, simbolizando pureza relativa y menor vergüenza; usada para capturas rápidas sin gran exhibición.
- Azul: Crímenes graves o serios, denotando peligro y necesidad de restricción mayor, asociada a la primavera y el dragón (izquierda).
Colores por estatus social
- Violeta o púrpura: Para personas de alto rango (nobles, samuráis), indicando respeto simbólico pese al arresto, con nudos más estéticos.
- Negra: Para baja clase (plebeyos, criminales comunes), representando degradación y humillación máxima, ligada al invierno y la tortuga (norte).
Variantes estacionales
Azul (primavera), rojo (verano/fénix frente), blanco (otoño/tigre derecha), negro (invierno); amarillo en días del perro (julio-agosto) para rituales especiales.
Nudos y técnicas concretas que se aplicaban para manos y pies
En el hojōjutsu del período Edo, las técnicas para manos y pies priorizaban rapidez y control con cuerdas finas (hayanawa de 3-4 mm), usando nudos mínimos o sin ellos para evitar escapes, enrollando vueltas simples y dejando un final para transporte
Nudos para manos
- Konawa (cuerda corta, ~14 pulgadas): Ataba pulgares de ambas manos juntos, con vueltas enrolladas sin nudo fijo para inmovilización rápida.
- Lark’s head o slipknot: Nudo corredizo colocado en muñecas tras controlar con una mano, pasando la cuerda sobre la cabeza y bajo pectorales con «flower knot» (vueltas alternas arriba-abajo).
- Handcuff knot: Muñecas en «C» con loop central, rotando manos para formar bucle doble; variante de un solo brazo con presión en articulaciones.
Técnicas para pies
- Konawa en pies: Similar a manos, atando pulgares o tobillos con enrollados cortos para transporte en procesión.
- Enrollado simple (sin nudos): Varias vueltas en tobillos cruzados, conectando a manos vía torso para «ebizeme» (contorsión gamba, pies hacia espalda).
- Control integrado: Piernas dobladas bajo rodillas, uniendo a muñecas traseras con sageo (cuerda de espada).youtube+1
Estas se aplicaban tras luxación o taijutsu, manteniendo una mano libre del captor.