He leído que Evita hacía unas mamadas estupendas. Supongo que de ahí nació el peronismo. Qué coño es el peronismo. Yo que sé. Pero a la vista está que Perón fue un dictadorzuelo siniestro, un fascista, un antisemita, un protector de nazis y a fin de cuentas un truhán. Evita, por su lado, aparte de lo de las mamadas, que me parece fabuloso, era una cabaretera de pacotilla, gran demagoga eso sí, y uno de los personajes más lamentables de ese truculento planeta que José Martí llamó, en un rapto de desatino, o en un exceso de ginebra, Nuestra América.
Dicho esto, la señora Kirchner acaba de ganar las elecciones en Argentina. Lo primero que pensé al enterarme de su arrollador éxito fue: qué bruto, como siempre, esa cosa, el pueblo.
La nueva Evita, llaman a la Kirchner. Sus razones tendrán.
Que toda esa mandanguería ladrona, farfullera, corrupta, gangsteril, encharolada, parroquial, putesca y navajera del peronismo sobreviva y triunfe en Argentina lo llena a uno de tristeza.
Leido en Emanaciones: El Blog de Juan Abreu.