Sobre Kafka, la fiebre y otros monstruos

Publicado el 07 mayo 2016 por Ana Ana Fidalgo

Hoy tengo fiebre. Leo La Metamorfosis para debatir con mis alumnos de Literatura universal en clase. Se me echa el tiempo encima y yo hago lo mismo sobre el libro: me abalanzo sobre él sin contar con la densa niebla que cubre mi cerebro. Dentro de mi estado febril, la narración pesadillesca es más real. Libre del absurdo de la racionalidad, todo parece cobrar un sentido nítido. Entiendo la timidez y la dignidad de Gregor, que solo quiere conocer la reacción de sus padres al verlo transformado en insecto, porque si no se asustan podrá seguir con su vida y, si lo hacen, podrá al menos resignarse y descansar. Gregor no es un monstruo para sí mismo, igual que no lo era Frankenstein, y no desea ser un monstruo para los demás. Pero es un monstruo en esencia, porque lo que nos vuelve monstruosos es la incomunicación y la incomprensión.