Sobre la caída de los precios del petróleo

Publicado el 29 febrero 2016 por Monedarota @Monedarota

En una entrada reciente, hablábamos sobre los principales desafíos a los que se enfrenta actualmente la economía mundial. Uno de ellos es el descenso de los precios de las materias primas, y en especial, el desplome que están sufriendo los precios del petróleo durante los últimos meses.

¿Qué es lo que está llevando a este desplome en el precio del oro negro y, sobre todo, qué consecuencias puede tener y está teniendo en nuestra economía?

Evolución del precio del petróleo (2003-2016)

Fuente: OPEP, Historical Production Data, 2016

Pues bien. Lo que está ocurriendo es que existe una importante sobreoferta que presiona los precios a la baja, como se observa en la imagen. La Agencia Internacional de la Energía estima actualmente que la oferta de petróleo superará a la demanda en 1,75 millones de barriles diarios de promedio. Por su parte, Goldman Sachs también advierte que el precio del petróleo puede caer "por debajo de los costes de extracción, ya que los productores se ven obligados a recortar inmediatamente la producción cuando no se puede almacenar", y es que los almacenes están llegando a su límite, con el consiguiente aumento de la volatilidad con el que esto se traduce. Además, los países de la OPEP están incrementando su producción cuando la demanda global de petróleo está creciendo a un ritmo menor.

¿Y cómo está afectando esto a la economía mundial? Son dos los factores a tener en cuenta. Por un lado, como indica BBVA en el informe que acaban de publicar, cabe esperar que sea un shock significativo y positivo sobre la actividad, que provoca un aumento de la renta disponible de las familias que favorecerá el consumo, una reducción de los costes de las empresas que mejora los márgenes empresariales, la inversión y los flujos comerciales.

Por otro lado, dicha caída también tiene efectos negativos importantes. Los países productores se están ahogando, el negocio del "fracking" está de capa caída, y en Estados Unidos, son numerosas las empresas que se están cerrando por este motivo, lo cual afecta también negativamente a su economía. Los principales países productores del Golfo Pérsico pueden aguantar bien la merma de ingresos, dado que tienen numerosas reservas de petróleo. Sin embargo, otros países como Irak, Libia, Nigeria, Angola o Azerbayan, apenas tienen reservas y además son países caracterizados por una fuerte inestabilidad política. Algunos de ellos están teniendo que ajustar sus presupuestos. Venezuela, por su parte, necesita que el petróleo se encuentre por encima de 100 dólares para mantener sus finanzas, cuando actualmente ronda los 35 dólares. Brasil, Argentina y Ecuador también están sufriendo sus consecuencias. Rusia está recurriendo a la venta de grandes empresas para compensar la caída de precios.

En el caso de España, junto con otros países como Italia, la caída en los precios del petróleo puede ser muy beneficiosa, dada la alta dependencia importadora que tenemos. España es un país puramente importador, puesto que el 72,9% del consumo que se produce se importa del extranjero. La caída del precio de los carburantes, junto con la caída del IPC y el ligero repunte de los salarios, ha permitido incrementar el poder adquisitivo a través de la transferencia de rentas. Es decir, lo que se ahorra con la bajada de precios de los carburantes se dedica al consumo, estimulando la economía. Además, el déficit por cuenta corriente procedente de la energía también se ha reducido a la mitad. Según un estudio de Repsol, la caída del precio del petróleo ha supuesto entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales del incremento del PIB español en 2015.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La caída en los precios del petróleo también puede afectar de forma negativa a España dado que los países afectados de lleno por dicho desplome, como Arabia Saudí, pueden frenar el desarrollo de obra pública o inversiones que puedan llevar a cabo empresas españolas, como por ejemplo, el proyecto de metro en Ryad, en el que participan empresas españolas como FCC o Tpysa.

Un último factor a tener en cuenta es que la caída de los precios del petróleo también influye en el mantenimiento de inflación más baja de la prevista, que incluso podría ser negativa, con las consecuencias que ello podría tener sobre la economía.

¿Y cuáles son las perspectivas de futuro?

Los precios del petróleo continuarán descendiendo en el corto plazo, con una ligera recuperación a partir de la segunda parte del 2016. El Servicio de Estudios del BBVA ha elaborado un informe muy interesante sobre ello. En él, se estiman tres escenarios principales (uno medio, uno optimista y uno pesimista), como se observa en la imagen inferior. En cualquier caso, durante la primera mitad de 2016 se prevé que los precios continúen bajando debido a diversos motivos: la OPEP es reticente a recortar la producción o modificar las cuotas, las posibilidades de acuerdos entre la OPEP y otros países productores que no pertenecen a ella son reducidas, a tenor de las últimas negociaciones, Irán y su rivalidad con Arabia Saudí puede hacer que ambos países entren en una guerra de precios, además que de el levantamiento de sanciones a Irán puede provocar que su capacidad productiva sea mayor incluso.

Proyecciones del precio del petróleo según distintos escenarios

Fuente: BBVA Research

No obstante, comienza a haber claros visos de que la situación no va a continuar así durante mucho tiempo. Arabia Saudí y Rusia, por ejemplo, ya han pactado congelar la producción de crudo en los niveles de enero. Así pues, aunque la perspectiva de los principales analistas se concentra en una continuidad de la caída de los precios a corto plazo, los pactos de estos últimos días sobre la producción de algunos de las grandes potencias exportadoras pueden congelar la situación más pronto que tarde.