“Mientras las figuras se parodian a sí mismas con el ganado que suelen lidiar, ayer, en Nimes se vivió una jornada inolvidable. Se lidió una corrida de Fuente Ymbro en la que, David Mora y Alberto Aguilar, dos toreros con toda la extensión de la palabra fueron capaces de salir en hombros tras su apoteosis artística. ¡Qué diferencia tan ostensible de ver lidiar al borrego fofo y sin alma, y ver como los bravos toros de Ricardo Gallardo proporcionan emoción en los tendidos!
Desde aquí le pedimos al destino de tanto David Mora, Alberto Aguilar, Diego Urdiales, Iván Fandiño y algunos más, que no lleguen nunca a figuras; que les den, eso sí, la “cancha” necesaria para que se hagan ricos jugándose la vida, pero que no alcancen el entorchado de figuras puesto que, si llegan a dicho estrado, habremos perdido a toreros importantísimos capaces de enfrentarse a la bravura del toro auténtico.
El mundo del toro está hecho una calamidad. Lo que priva, para las figuras es el burro desmochado y, las pruebas no son otras que las figuras, nadie de ellos resulta lesionado, y no es que uno anhele las cogidas de los diestros pero, éstas, sin duda, son las que le han dado autenticidad a la fiesta. Menos mal que, la fiesta, tan carente de la autenticidad del toro en lo que respecta a las figuras, al final, ganaderos como Ricardo Gallardo podrán sobrevivir gracias a su propia autenticidad.
El toro aborregado ya no interesa a nadie y, lo vemos a diario con las pobres entradas que registran los cosos al amparo de las figuras; esa fiesta mediocre y adulterada debe de morir por ella misma junto a sus protagonistas.”
De la crónica de Pla Ventura en Opinión y Toros