Otro ejemplo es el de Rubalcaba diciendo que él decidirá cuándo se han de celebrar las primarias del PSOE.
En España los dirigentes políticos están acostumbrados a hacer de su capa un sayo, a hacer y deshacer a su antojo, y eso se hace palpable en sus declaraciones, como en las que he apuntado de Javier Arenas.Además, los partidos políticos tienen numerosos órganos que se supone son los que deciden sobre las cuestiones importantes de la organización. En mi opinión, por ejemplo, deberían ser los afiliados del Partido Popular andaluz los que decidan cuando se ha de elegir el candidato a presidir la Junta o, en todo caso, la Junta Directiva regional; pero que sea el Presidente del PP andaluz el que decida esa importante cuestión no me parece lógico.Hemos de erradicar estas prácticas de la política española. Los partidos políticos han de ser ejemplo de democracia, cosa que no ocurre actualmente. Al fin y al cabo los partidos son el reflejo de la sociedad, aunque haya una parte de la sociedad que no está conforme con estas actitudes.Creo que se debería exigir una democracia interna real en las organizaciones políticas, y una forma de conseguirlo sería, por ejemplo, la reforma de la Ley Electoral, estableciendo circunscripciones pequeñas y listas abiertas, en las que los candidatos tuvieran que dar la cara a sus electores. En estos casos los políticos defenderían ante su partido sus posiciones, existirían debates internos y más democracia, como ocurre en otros países de nuestro entorno.Avanzar en la democracia interna también es avanzar en la vertebración de España, como pedía el Rey el pasado viernes. Es otra de las cuestiones pendientes de nuestro sistema.Artículo de Ángel Campos Rufián, publicado en su Blog http://desdeelcaballodelastendillas.blogspot.com.es/