Sobre la duración del tratamiento

Por Rhenriquez

Bildnis der Marthe Mellot, Felix Vallotton. 1898

La ignorancia de los enfermos y la insinceridad de los médicos se confabulan para exigir del psicoanálisis los más desmedidos rendimientos en un mínimo de tiempo. Véase, si no, el siguiente extracto de una carta que me ha dirigido hace pocos días una señora rusa. Tiene cincuenta y tres años; viene enferma hace veintitrés, y desde hace diez se halla incapacitada para toda labor algo continuada. Los “tratamientos seguidos en diversos sanatorios” no han conseguido devolverla a la “vida activa”. Espera obtener la curación por medio del psicoanálisis, sobre el cual le han llamado la atención sus lecturas. Pero su enfermedad ha costado ya tanto dinero a su familia, que no podría prolongar su estancia en Viena más allá de dos meses. Además, tendrá que hacer sus comunicaciones por escrito, pues está segura de que el solo hecho de rozar sus complejos provocará en ella una explosión o la “hará enmudecer por algún tiempo”. En general, no puede esperarse de nadie que levante con los dedos una pesada mesa como podría levantar un ligero cascabel, ni que construya una casa de siete pisos en el mismo tiempo que una choza; pero cuando se trata de las neurosis, hasta las personas más inteligentes olvidan la proporcionalidad necesaria entre el tiempo, el trabajo y el resultado. Todo ello no es sino una consecuencia perfectamente comprensible de la profunda ignorancia general en cuanto a la etiología de las neurosis. Como no se sabe de dónde han venido, se supone que un buen día desaparecerán como vinieron.

Sigmund Freud
La iniciación del tratamiento