Sobre la Fuerza de Voluntad

Publicado el 22 mayo 2011 por Observandocine
Con fuerza de voluntad se pueden curar todos los males humanos ….todos.

En la película “El ángel Ebrio” - Yoidore Tenshi - de Akira Kurosawa (Japón 1948), tenemos la historia del Doctor Sanada (Takashi Shimura). Él es una autoridad en el tratamiento de la tuberculosis. Desde niños, pasando por jóvenes y llegando adultos. Todos se hacen ver con el doctor. Sanada es un buen médico que se desvive por sus pacientes. Se interesa por curarlos, él se queja que a los demás médicos les interesa alargar la agonía de los enfermos para así sacarles más dinero. Sanada es un tipo sincero, demasiado honesto, piensa que “el que engaña a los pacientes, no es un médico”. Él piensa que si fuera de otra manera, sería un médico rico, como sus amigos. Sanada es un tipo bueno con un defecto, le gusta el licor como caramelo. Es un “ángel ebrio”.
Matsunaga (Toshiro Mifune) es un hombre del tipo que enamora a todas las mujeres. Se divierte con una y otra vez, muchas de ellas lo idolatran. En el fondo es un tipo con muchos miedos. Un día va a hacerse ver con el Doctor Sanada y este, así al ojo, le diagnostica tuberculosis. Él no le cree. Para Sanada, Matsunaga es un cobarde que no sabe aceptar su enfermedad. “Es natural tener miedo. ¿Por qué avergonzarse de ello? Confundir la inconciencia con el valor. Si. Pero son todos una pandilla de cobardes. Por eso se hacen tatuajes, hablan a gritos y andan por todas partes pavoneándose. Tú apenas tienes agallas. No seas tan fanfarrón. Las chicas tienen más valor, ellas son valientes de verdad. Pero tú no tienes valor, ni para admitirlo. Tú le tienes miedo, incluso a la oscuridad”. Para Matsunaga, Sanada es un charlatán que habla demasiado.
El Doctor Sanada quiere curar a Matsunaga porque le hace recordar que cuando él era joven, le gustaba jugar con las mujeres. Ahora ya no lo hacia, sanarlo a Matsunaga sería como reivindicarse consigo mismo. Un día Matsunaga va al doctor en un estado lamentable, cada vez esta más delgado. Sanada le dice que para luchar contra la tuberculosis, de ahora en adelante: Nada de mujeres y nada de alcohol. La clave es la fuerza de voluntad, esto es lo más importante para que deje sus vicios. Agrega que hay mucha gente corrupta alrededor de él, que se aleje de ellas. Matsunaga dice que va cumplir con lo que le diga el Doctor, sin embargo no tiene la suficiente fuerza de voluntad y vuelve a caer en las garras del alcohol y las mujeres. Un triste final se acerca para su vida.
Kurosawa es un director que hace un retrato de los seres humanos en sus dilemas existenciales, en sus preocupaciones diarias, en sus traumas presentes. En esta película le otorga al personaje de Matsunaga, las soluciones para que pueda curar su enfermedad (la tuberculosis) a través del cultivo de la fuerza de voluntad. Sin embargo no “saber decir no” conlleva a la autodestrucción del personaje.
¿Qué es la fuerza de voluntad? Es saber decir “si”. Es saber decir “no”. Es tener coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
¿Cómo lograr las metas? Entrenándonos a diario. Si hacemos lo que pensamos, decimos y hacemos vamos a provocar un sudor de confianza y la gente lo huele. Por supuesto que a la primera persona a la que debe fascinar esta sudoración es a nosotros mismos, saber que estamos logrando “éxitos” para nuestra vida nos va ir dando mayor confianza en nosotros mismos.
Siguiendo con filmes de Kurosawa. Tenemos dos historias policiales “El Perro Rabioso” (Nora Inu - Japón 1949) y “El Infierno del Odio” (Tengoku to jigoku - Japón 1963) con protagonistas con la suficiente fuerza de voluntad para llegar a una meta, hallar a los malhechores. Para conseguirlo deben pasar por pruebas, las cuales no los hacen decaer en sus propósitos, si no más bien fortalecerlos por llegar a su objetivo.
En “El Perro Rabioso” tenemos la historia del principiante detective Murakami (Toshiro Mifune). Recién ha entrado a trabajar al departamento de policía y viajando en un micro le roban su arma, una Colt con sus 7 balas puestas. El joven Murakami piensa que lo van a despedir, su carrera se va truncar, desesperado decide pedir ayuda al Encargado de Hurtos. Este le dice que recuerde la cara del carterista o si había alguien más en el micro que recuerde que se le acercara. Murakami recuerda a una mujer de perfume barato que se le pegaba y a él le daba asco. El Encargado le dice que se olvide del carterista y que busque en los archivos de ladronas, la cara de dicha mujer. El joven encuentra la foto y así empieza su investigación para hallar su colt robada. El Encargado de Hurtos le dice que conoce a esa mujer y nunca va confesar si le extrajo el arma. En efecto cuando la van a ver, la mujer niega todo. Lo peor es que al día siguiente, Murakami se entera que han disparado a una chica con una Colt, le han extraído la bala del brazo y en efecto, el arma utilizada es la de él. Murakami no puede más y presenta su carta de renuncia, se siente avergonzado de haber perdido su arma y está este siendo utilizada por un criminal. La Sección de Policía no acepta su renuncia y le dicen: “Las desgracias son las que hacen o hunden a los hombres. ¿Piensa dejar que esto lo hunda?. Usted puede convertir la mala suerte en buena suerte. ¿Por qué no solicita que le asignen el caso?”. Murakami acepta y obtiene su primer caso. Le asignan como maestro detective al detective Sato (Takashi Shimura). De inmediato empieza a recibir lecciones: Es bueno pensar, No se puede ser tan sensible cuando se quiere resolver un caso, Las emociones no deben dominarnos, Mejor tener una actitud de calma, Cuando se investiga hay que saber hacer preguntas antes que ir directamente al grano, Aprender a descubrir las mentiras, La suciedad propicia la maldad, y finalmente Trazar un plan para posteriormente ejecutarlo con calma. Murakami se convierte en un aprendiz de Sato. El final de la película nos revela que con fuerza de voluntad no sólo se pueden lograr los resultados esperados, si no más cosas positivas para nosotros.
“El infierno del odio” muestra como un hombre de nivel pobre tiene envidia de un hombre con mucha riqueza. Para hacerlo sufrir, se le ocurre raptar a su hijo. Se equivoca porque rapta al hijo del chofer. Sin embargo, el hombre rico se sensibiliza y decide pagar el rescate del muchacho, a costa de tirar al tacho toda su carrera laboral en la compañía donde trabaja y quedarse sin dinero. El Jefe Detective Tokura (Tatsuya Nakadai) sigue paso a paso todo lo que ha pasado, quiere encontrar al autor del plagio. Es muy difícil: nadie lo vio y no se sabe de donde proceden las llamadas pidiendo dinero por el rescate. Tokura está seguro de algo: Tiene que hallar al malhechor y hacer justicia para el hombre rico, que ahora se encuentra en desgracia. Para lograr su objetivo y a pesar de las muchas dificultades que encuentra en el camino, no se rinde, hace uso de su equipo de policías y traza un plan que todos siguen al pie de la letra. Película de más de horas de duración, que no pierde el interés en ningún momento.
La actitud del hombre rico de poner encima de todo: la vida antes que el dinero nos deja reflexionando sobre algo que escribió el filosofo griego Platón en su libro Apología de Sócrates: “… ¿no te avergüenzas de preocuparte de cómo tendrás las mayores riquezas y la mayor fama y los mayores honores, y, en cambio no te preocupas ni interesas por la inteligencia, la verdad y por cómo tu alma va ser lo mejor posible?” y añade “No sale de las riquezas la virtud para los hombres, sino de la virtud”. Para estos filósofos, ser una mejor persona es preferible a dárselas de poseer mucho dinero y ser famoso por ello.
Existen muchas películas sobre la “fuerza de voluntad”. Las que más me gustan y que ya he comentado en el blog son: “Zorba the Greek” de Michael Cacoyannis (Grecia 1965), “Good Will Hunting” de Gus Van Sant (Usa 1997), “Jerry Maguirre” de Cameron Crowe (Usa 1996), “Peaceful Warrior” de Victor Salva (Usa 2007), “Gran Torino” de Clint Eastwood (Usa 2007), “El mismo amor, la misma lluvia” de Juan José Campanella (Argentina 1999), “Corazón de Fuego” de Diego Arsuaga (Argentina/Uruguay 2002), “As good as it ges” de James Brooks (Usa 1997), “Erin Brockovich” de Steven Soderbergh (Usa 2000), “Ma nuit chez Maud” de Eric Rohmer (Francia 1963), “L’enfante sauvage” de Francois Truffaut (Francia 1970), “High Fidelity” de Stephen Frears (Usa 2000) y “Mies vailla menneisyytta” de Aki Kaurismaki (Finlandia 2002).
En todas las películas antes mencionadas los personajes principales tienen la suficiente fuerza de voluntad para vencer obstáculos y llegar a sus metas. Estas películas se dividen en dos tipos: Unas en las que un mentor acompaña al personaje principal enseñándole lecciones de vida. El otro tipo de películas son aquellas en las que varios personajes influyen sobre el personaje principal para que descubra por si mismo los mecanismos para cumplir con sus objetivos.
Finalmente y ya que el post parece un homenaje al cine tan reflexivo de Akira Kurosawa, comparto la historia de “Vivir” (Ikiru - Japón 1952). Es una obra que abarca no solamente el tema de la fuerza de voluntad, también tiene el tema de la ayuda a los demás, la empatía, los sentimientos positivos, la lucha por un bien común, etc. Es inevitable decirles que la película es conmovedora, desgarradora. Inevitablemente uno bota lágrimas al ver este filme.
La historia de “Vivir” empieza mostrándonos una radiografía del estómago de Kanji Watanabe (Takashi Shimura). Una voz nos dice que se detectan síntomas de cáncer pero que nuestro protagonista no lo sabe. A continuación lo vemos a Kanji en medio de una ruma de papeles, sentado en un escritorio. Es el Jefe de la Sección de Ciudadanos de una Entidad Estatal. Sus subordinados le han puesto de apodo “La Momia”, se la merece porque se pasa el día pegado a su silla, matando el tiempo. Usa la misma gorra desde hace 25 años, ha almorzado el mismo tipo de comida (fideos) todos los días en el mismo lapso de tiempo. En ocasiones ha querido intentar trabajar un poco pero no ha tenido la voluntad suficiente. Le interesa sólo mantener su puesto “En este mundo no hacer nada es el mejor modo de mantener su puesto”. Tiene dolores de estómago pero tampoco hace nada, con su agua se le calmara.

Un día, se acercan a la Entidad un grupo de mujeres solicitando el saneamiento de un terreno que tiene aguas contaminadas, ellas proponen que sea convertido en un Parque Infantil. De esa manera habría mucho beneficio para esa comunidad. Un subordinado le dice al Jefe lo que las mujeres pretenden, él pelotea el asunto a la Sección de Obras Públicas de la Entidad. De esa sección las pelotean a otra y así como 15 secciones se pelotean entre sí. Las mujeres indignadas ya se están yendo con las manos vacías pero uno de los empleados de Kanji les sugiere que presenten su solicitud por escrito. Ellas al menos se van con esa ilusión.
El Doctor al que acude Kanji por sus dolores en la barriga, le dice que tiene una ulcera leve. Kanji le exige que le diga que tiene cáncer. El doctor se mira con la enfermera y los enfermeros. Se queda callado. Kanji sabe que es cierto, tiene cáncer y le quedan pocos meses de vida. En efecto, cuando sale del consultorio, el Doctor les dice a los enfermeros que a Kanji le quedan sólo 6 meses de vida. La enfermera dice que si ella lo supiera se tomaría un veneno y listo. El enfermero se queda callado, mirando la radiografía de Kanji.
La gente no sabe que Kanji siempre se ha mostrado como una momia en el trabajo porque 30 años antes, murió su esposa y él tuvo que cuidar solo a su hijo. Sin embargo, este al crecer sólo se dedicaba a criticarlo y juzgarlo.
Kanji camina pensando que no es fácil morir, pensando que no ha sabido vivir esos años. Está enfadado consigo mismo. Comienza a beber sake durante 5 días en algún lugar de la ciudad, Lo hace como una protesta por lo que le está pasando. Una noche, un escritor de novelas baratas lo descubre sentado en un rincón alejado de una tienda. Kanji le cuenta su drama. El escritor le dice: “Es usted una persona muy interesante. Usted me ha hecho pensar. Ahora comprendo que la desgracia también tiene su lado bueno. El hombre descubre la verdad en su desgracia. Su cáncer le ha abierto los ojos a la vida. Los hombres somos tontos. Sólo nos damos cuenta de lo bella que es la vida cuando nos enfrentamos a la muerte. Y aún así son muy pocos los casos en los que eso sucede. Algunos mueren sin saber lo que es la vida. Es usted un buen hombre. Ha llevado una vida de esclavo y ahora quiere mandar sobre su vida”. Le propone que lo va hacer un tour tipo Mefistófeles por toda la ciudad nocturna. Comienzan con un tragamonedas. Kanji parece un niño con esas máquinas. Continúan en distintos bares. Van también a un Centro de Strip Tease, Kanji está fascinado al ver semejantes mujeres bailando y mostrando la sinuosidad de sus formas, es más grita quien sabe porque. Cuando llegan a un Lugar con música en vivo de un piano, Kanji pide que toquen una canción: “La vida es corta”. El pianista accede, comienza a tocar las primeras melodías, la gente se va a la pista de baile y de pronto ocurre algo que deja a todos sorprendidos. Kanji comienza a cantar la canción con una voz que a todos hace vibrar.
La letra de la canción dice:

¡Que corta es la vida!
Enamórate,
Querida doncella.
Mientras tus labios
Sean rojos ….
Y antes de que
Tu pasión se enfríe.
Porque no habrá un mañana …
¡Que corta es la vida!
Enamórate,
Querida doncella.
Mientras tu pelo
Sea aún de color negro …
Y antes de que se apague el fuego
De tu corazón.
Ya que este día
No volverá jamás …

Las lágrimas caen una tras otra. Su mirada es inmensamente triste. El escritor lo toma a Kanji y lo lleva a la calle, todos lo miran sorprendidos por su voz y él sentimiento que ha puesto al cantar.
Al otro día, Kanji está nuevamente caminando por las calles. Se le cruza una de sus subordinadas, la cual le pregunta porque lleva faltando 5 días al trabajo. Kanji no responde. Ella le pide que por favor le selle su hoja de renuncia. Él le pregunta porque renuncia. Ella le dice que ya consiguió otro trabajo y ese en el que él era su jefe, era muy aburrido. Van a la casa de Kanji y él le pone el sello a la hoja, ella ya está por retirarse y él observa que lleva unas medias rotas. Inmediatamente va a una tienda y le compra medias nuevas a la muchacha, luego le sugiere que se tome el día libre y luego la invita a un tragamonedas, a un pista de patinaje sobre hielo, al cine, a los juegos mecánicos, a restaurantes. En todo sitio al que van le invita comida y ella come con desesperación. Se ve que es muy pobre y Kanji está aprendiendo a compartir con sus semejantes.
Kanji es feliz con la presencia de esa chica, que la busca todos los días a su nuevo trabajo. Ella piensa que él la esta acosando. Él le dice que “con sólo mirarla se le alegra el corazón y es feliz. Que ella es muy buena con él. Que tiene envidia que ella sea joven y sana pero que es feliz a su lado”. La chica le dice que es antinatural que un hombre de su edad este en ese plan de querer algo con ella. Kanji le dice que sólo quiere estar con ella, no otra cosa. Ella le dice que lo mejor será que ya no se vean, que ella no lo puede ayudar en nada, que ella en su nuevo trabajo sólo fabrica muñecos de conejos y eso le gusta a los niños. Kanji se queda pensando sobre la Oficina donde trabaja y primero cree que no hay solución para que algo cambie ahí, luego se ilumina escuchando a la chica y piensa que si se puede hacer algo.
Al día siguiente, Kanji está trabajando en su Sección, delegando, concretando peticiones. Una de esas es la de las señoras que solicitaban la construcción de un parque infantil, él se muestra interesado por esa petición en particular y le dice a sus subordinados: “Si no tomamos nosotros la iniciativa en un tema como éste, nunca se concretará. No es asunto solamente de otras Secciones. Llamen a un coche, vamos a realizar un estudio sobre el terreno. Y hoy mismo prepararemos un informe. Nada es imposible si tenemos la fuerza de voluntad necesaria”.
A continuación una voz nos indica que han pasado 5 meses y Kanji ha muerto. Los 40 minutos siguientes son en la voz de cada uno de las personas que trabajo con él, que fue lo que hizo día a día durante esos 5 meses.
Es definitivamente una obra maestra de Kurosawa. De visión imprescindible.