Sobre la libertad, la psicología y todo lo demás
Publicado el 05 abril 2010 por Hugo
Leyendo voy, leyendo vengo:
Por la excarcelación inmediata e incondicional de todos los presos políticos en las cárceles cubanas; por el respeto al ejercicio, la promoción y la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo; por el decoro y el valor de Orlando Zapata Tamayo, injustamente encarcelado y brutalmente torturado en las prisiones castristas, muerto en huelga de hambre denunciando estos crímenes y la falta de derechos y democracia en su país; por el respeto a la vida de quienes corren el riesgo de morir como él para impedir que el gobierno de Fidel y Raúl Castro continúe eliminando físicamente a sus críticos y opositores pacíficos, condenándolos a penas de hasta 28 años de cárcel por "delitos" de opinión; por el respeto a la integridad física y moral de cada persona; firmamos esta carta, y exhortamos a firmarla a todos los que han elegido defender su libertad y la libertad de los otros.
Firmas por la libertad.
Aunque algunos psicólogos se hayan mostrado escépticos respecto a la teoría de las inteligencias múltiples, los educadores de todo el mundo la han aceptado. La teoría IM no sólo concuerda con sus experiencias de que los niños son listos de diferentes maneras, sino que también da esperanzas de ampliar el número de estudiantes que puedan recibir enseñanza eficazmente, si los programas de estudios y los métodos de enseñanza y de evaluación atendiesen a sus maneras preferidas de conocer (...) Ya va siendo hora de que la inteligencia se amplíe para incorporar un rango de capacidades computacionales humanas que incluya las relacionadas con la música, el trato con otras personas y la habilidad de descifrar el mundo natural. Pero también es importante que no se confunda la inteligencia con otras virtudes, como la creatividad, la prudencia o la moralidad.
Howard Gardner,
Investigación y Ciencia, Temas 17 "Inteligencia viva", 1999, p. 17.
De manera que puede resultar interesante construir un discurso potente para defender la protección y recuperación de, pongamos por caso, el oso y la foca monje. Y lo podemos hacer con cinco razones básicas, que se pueden enfatizar con los dedos de la mano. Primera, porque son una parte muy valiosa de la biodiversidad global y del país. Segunda, porque tienen papeles ecológicos muy importantes y son elementos clave en los ecosistemas que queremos mantener. Tercera, porque representan un patrimonio cultural precioso e insustituible. Cuarta, porque faltaría más, que fuésemos a predicar en países mucho más pobres a favor de los gorilas o los rinocerontes, cuando aquí, con gente capacitada y recursos abundantes, hemos sido incapaces de salvar una cabra y estamos a punto de perder mucho más. Y quinta, la última pero quizá la más poderosa, porque no quiero que, sin ningún motivo ni necesidad, mis hijos tengan que vivir en un mundo tan empobrecido.
Cristian R. Altaba,
Mètode, Anuario 2007.
UPyD, diciembre 2009: ¿Qué se debe hacer para combinar calidad y escolarización obligatoria?
Inger Enkvist: Hay que poner el énfasis en la calidad, y para hacer esto hay que: tener profesores muy bien formados; intentar conseguir que los jóvenes más aptos para eso se conviertan en profesores (...); tener en la escuela a adultos bien preparados, responsables y entusiastas; por otra parte (...) se debe ofrecer algunas opciones a los jóvenes entre la edad de, por lo menos, los 14 y los 16 años. Debe haber opciones porque son realmente [jóvenes] muy diferentes, y para darles una formación de calidad que les interese (...) creo que es una idea equivocada insistir en que aprendan exactamente lo mismo todos ellos (...) Es la etapa más problemática de la escolarización y hay que ofrecer ciertas opciones.
La cuestión de la verdad de una religión es una cosa, pero la cuestión de su utilidad es otra. Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que no son reales.
Bertrand Russell,
Por qué no soy cristiano, p. 7.
En las aulas suele presentarse muchas veces el conocimiento científico como un saber acabado, cerrado, difícilmente criticable por los alumnos, por lo que sería raro que los alumnos desarrollaran actitudes propias de los científicos cuando el formato en el que reciben la Ciencia está tan alejado de las formas de hacer de los científicos. Incluso cuando va al laboratorio (...) las metas y los hábitos de un alumno se parecen muy poco a las de un científico. En suma, la forma en que se enseña la Ciencia contribuye, aunque sea muchas veces de modo implícito, a consolidar actitudes poco deseables con respecto a la propia Ciencia y sus implicaciones sociales (...) Sin confundir la enseñanza de estos procedimientos con la verdadera investigación científica, se trataría de hacer que los alumnos, en condiciones restringidas y bajo la tutela del profesor, se acerquen a la forma en que los científicos construyen y someten a prueba sus modelos, ya que sólo así podrán comprender la verdadera naturaleza del conocimiento científico (...) La Ciencia requiere de ellos [de los alumnos] asumir unos motivos, una lógica y unos modelos que son muy diferentes de los que se requieren en la vida cotidiana, y por tanto el aprendizaje de la Ciencia requiere que los alumnos construyan una nueva mentalidad o racionalidad diferente de la que rige el conocimiento cotidiano.
Juan Ignacio Pozo, "
¿Por qué los alumnos no aprenden la ciencia que les enseñamos?: El caso de las Ciencias de la Tierra",
Ense–ñanza de las Ciencias de la Tierra, 2000 (8.1), pp. 14-15.
A partir de las investigaciones (...) podemos afirmar que las repercusiones del maltrato psicológico en la pareja en la salud de las víctimas tiene un impacto igual o superior al ocasionado por las agresiones físicas. Así lo demuestran las repercusiones psicológicas consecuentes a los patrones disfuncionales en la pareja. Ya en el siglo IV a.C., Aristóteles en su obra Ética para Nicómaco, menciona lo siguiente: “cualquiera puede enfa-darse, eso es muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Hoy en día, tal aseveración adquiere especial relevancia ante una realidad social desbordante de experiencias de maltrato en la pareja que llenan periódicos e informativos. No obstante, la información que se nos trasmite siempre alude a experiencias de violencia física sin advertir otros hechos, como que aunque existe la posibilidad de que este tipo de maltrato pueda ocurrir sin abuso emocional y/o psicológico en la pareja (Loring, 1994), lo habitual es que existan manifestaciones de maltrato psicológico previas a las físicas (Follingstad, Rutledge, Berg, Hause y Polek, 1990). Entonces, surgen interrogantes como: ¿por qué intervenir para paliar cuando es posible prevenir? La prevención es la capacidad de detener, interrumpir o impedir algo que no nos resulta deseable. Implícito en la prevención está la capacidad de anticipar. Por tanto, podemos decir que la prevención se aprende. De tal manera, que en medio de una ausencia de estudios específicos al respecto, nuestra inquietud va encaminada a sustituir esas capacidades emocionales negativas, producto de la estereotipia social y tradicional del género y promotoras de la dinámica de maltrato, por habilidades emocionales “inteligentes”. Más concretamente, hablamos del entrenamiento de competencias emocionales que capaciten a los sujetos para resolver los conflictos no a través de la violencia, sino constructivamente, a través de la confrontación intelectual y el pacto.
Macarena Blázquez Alonso
et al., "
Inteligencia emocional como alternativa para la prevención del maltrato psicológico en la pareja",
Anales de Psicología, 2009, vol. 25, nº 2, p. 253.
Cuando presentamos La fecundación de las orquídeas y dijimos ante la prensa que el 80 por ciento de los textos de Darwin no se habían traducido jamás al castellano, mucha gente se echó las manos a la cabeza; pero es así, y sin embargo sí están en italiano, en francés y en alemán. ¿Por qué? Pues porque la Historia de nuestro país no ha sido normal. A Darwin, en concreto, incluso ahora, sólo le falta, para muchos, la cola del diablo, estigmatizado por una iglesia ignorante y carcamal y una derecha impresentable.
Serafín Senosiáin, fundador y director de la editorial Laetoli, entrevista en Revista Leer.