Jamie y Sunya son amigos y como se entere el padre del primero no quiero pensar lo que puede pasar, porque la chica es musulmana y una de las hermanas de Jamie, Rose, murió en un atentado terrorista islámico que hubo en pleno centro de Londres, por eso vive desde entonces en una urna dorada encima de la repisa de la chimenea.
El mundo de Jamie lleva cinco años derrumbándose. Su madre los ha abandonado y su padre bebe día sí y otro también cada vez más. El niño sólo tiene a Jas, su otra hermana, y a Sunya. Pero, ¿cómo decirle a su familia, su padre y hermana, que su mejor amiga es musulmana? No puede hacerlo pero tampoco puede renunciar a ella pues es muy importante para él.
Cuando sucedió todo Jamie tenía cinco años y no guarda muchos recuerdos de ella, prácticamente todo lo que sabe se lo ha contado Jas. Él siente el dolor de su familia pero no echa de menos a Rose por eso se pregunta si algún día llorará su pérdida.
La novela es una maravilla de doscientas treinta páginas perfectamente escrita. No hay diálogos directos, todo lo que dicen los demás personajes nos lo cuenta el propio Jamie y lo diferenciamos del pensamiento del protagonista gracias a la letra cursiva. Pese a lo que uno pueda pensar en un principio, esta forma de narrar la historia no resulta en ningún momento pesada, todo lo contrario, antes de que te des cuenta ya habrás llegado a su fin.
Es una historia profunda, emotiva. Pitcher mezcla unos temas con otros de forma asombrosa dando lugar a un libro original que resulta ser todo un canto a la tolerancia. ¡Hasta la próxima!
Agradecimientos Siruela