Sobre las becas universitarias

Publicado el 08 julio 2013 por José Luis Ferreira

Ha habido estos últimos días mucha discusión a cuenta de los cambios en las becas. El ministro Wert primero anunció que, para las becas de matrícula en la universidad, se exigiría un 6,5 de media y después, tras las protestas sociales, bajó este requisito a un 5,5.
Por supuesto, cada uno es libre de pensar a quién quiere ayudar y cuánto con los impuestos, pero cualquier discusión razonada y cualquier preferencia coherente deben tener en cuenta todos los datos y deben realizar las comparaciones en sus justos términos. Y he aquí que en ninguna parte he visto puestos de manera clara cómo quedan las ayudas públicas a la educación universitaria con una u otra política. Me permito avanzar en esto (sin ser exhaustivos, que seguramente queden factores que tener también en cuenta).
La primera consideración es que las becas de matrícula se dan para compensar por bajos ingresos y con la intención de avanzar en la igualdad de oportunidades. Con unas tasas de matrícula que cubren apenas la quinta parte de los costes de la educación universitaria ocurre que la gran mayoría de los alumnos pertenecen a familias con ingresos por encima de la mediana. Si uno hace los cálculos de qué proporción de los impuestos pagan esas familias y qué proporción de los recursos en universidades reciben encontramos que el gasto público en universidad es claramente regresivo. Las becas ayudan a paliar esto, pero poco.
La segunda, que es la importante para el tema en cuestión, es la siguiente. A una persona de clase media y alta solo le exigimos un aprobado para pagarle el 80% de la matrícula (e, incluso, le permitimos suspender varias veces y todavía le subvencionamos gran parte, aunque esto depende de cada comunidad). A una persona de rentas bajas le estamos pidiendo un 5,5 para pagarle un 20% adicional. Es decir: si eres rico te pago el 80% a cambio de nada. Si eres pobre, te pago lo mismo que al rico o un 20% más a cambio de un 5,5 de nota. A todas luces el sistema no es muy generoso con los pobres en comparación con lo generoso que ya es con todos.
La solución (si uno quiere resolver este problema de las generosidades comparadas) puede venir por dos vías: ser más generoso con los que tienen menos recursos y serlo menos con los que tienen más. Una manera de hacerlo, que ya he expuesto y defendido en el pasado, es cobrar la matrícula entera como situación de partida y descontar por notas y por recursos y, además, dar dinero por estudiar según a quién. No es la única, en Politikon presentan otra también interesante y que no es incompatible con la anterior.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------Hace tres años en el blog: Las afinidades electivas.------------------------------------------------------------------------------------------------------------