Nota publicada el viernes 7 de octubre de 2011 en el diario Página 12 escrita por Julieta Saulo *
Hablar de partos en la Argentina es hablar, en muchísimos casos, de maltrato, violencia y falta de respeto. Si bien tenemos a nivel nacional una ley que nos protege de situaciones de este tipo (Nº 25.929/2004), como aún no está reglamentada, en la práctica quedamos expuestas y desamparadas. La violencia obstétrica está tan instalada que se torna invisible y sumamente peligrosa.
A raíz de esta situación muchas mujeres deciden parir a sus hij@s en un clima sin violencia, sin hostilidad e íntimo, y se inclinan por la opción de un parto domiciliario planificado y asistidas por profesionales idóne@s. Vanesa Abate, de 37 años, cuenta que su primera hija nació cuando tenía 19 años. “Estaba embarazada y en el curso preparto le pedí a la partera que quería que me respeten varios puntos, como parir sentada, sin medicación y sin anestesia. Me dijeron que sí, pero el día del parto hasta se burlaron de mis pedidos e hicieron lo que quisieron: me pusieron medicación, anestesia y me amenazaron con una cesárea si no ponía voluntad para pujar acostada. También me practicaron una episiotomía y entre los médicos hacían chistes de cómo me iba a quedar la vagina cuando el médico la suture. Ese día decidí que mi próximo hijo nacería distinto. En el 2010, Jade nació en casa, asistida por una partera y una neonatóloga”, relata.
Esto es una experiencia de vida. Después está la lucha por extender la posibilidad de un parto elegido y no impuesto con un rol preponderante de las parteras. En agosto se llevó a cabo el III Congreso de Partería, en la cuidad de La Plata, donde se comunicaron los detalles de la reforma y actualización de la ley que regula el ejercicio de la profesión obstétrica en la Argentina. La ley vigente contempla, entre otras competencias, la posibilidad de que l@s parter@s puedan tener casas de partos y brindar atención a la mujer en su domicilio. Lamentablemente, junto con modificaciones favorables, se ha introducido una cláusula que es sumamente alarmante: eliminar las casas de parto.
Esta restricción puede marcar una tendencia que llevará a quitar también del proyecto legislativo la atención y asistencia, por parte de las obstétricas, de los partos planificados en el domicilio de la parturienta.
La elección del parto en casa de ninguna manera puede plantearse como una moda pasajera. Es tan respetable como decidir un parto institucionalizado y es vital comprender que tenemos derecho a tener un parto respetado en una institución o en un domicilio particular. Ante esta situación, la Asociación Nacional de Parteras Independientes, junto con diversas familias, están recopilando firmas para presentar ante el Ministerio de Salud. L@s interesad@s pueden firmar ingresando en http://www.peticiones24.com/porelderechoaelegirelparto. Además están realizando una convocatoria para el 13 de octubre, a las 15, en Plaza de Mayo.
El parto es uno de los hechos más significativos en la vida sexual y reproductiva de las mujeres, por lo tanto tenemos derecho a vivirlo sin violencia, en libertad y dónde, cómo y con quién queramos.