Revista Sociedad

Sobre los disturbios de Pozuelo de Alarcón o "en boca cerrada no entran moscas".

Publicado el 13 septiembre 2009 por Oliva23
Sobre los disturbios de Pozuelo de Alarcón o
Llevamos una semana escuchando todo tipo de comentarios y explicaciones sobre por qué ocurrieron los disturbios del pasado fin de semana en Pozuelo de Alarcón (aquí), que tuvieron como resultado a 10 policías heridos y a 20 jóvenes detenidos. Ni yo ni la mayoría de las personas que han opinado al respecto conocemos con seguridad los detalles de los sucesos: ¿cómo comenzó la refriega? ¿cuántos jóvenes asaltaron la comisaría? ¿por qué no existen grabaciones de ese supuesto asalto? ¿cómo de desproporcionada y chulesca fue la actuación de la policía, como parece deducirse de los comentarios de algunos testigos? Por lo tanto, evitaré emitir un juicio acerca de un suceso del que desconozco muchos datos.
Lo que me resulta sorprendente es la cantidad de opinantes que a lo largo de los últimos días se han arrojado a la piscina sin agua, atreviéndose a emitir un diagnóstico del suceso en los medios de comunicación. Los chivos expiatorios han sido en esta ocasión padres y educadores (aquí).
Bueno, tengo que reconocer que soy un vehemente defensor de la influencia que la familia, y también la escuela, tiene sobre el comportamiento de los adolescentes. Y aunque en esta ocasión muchos de los implicados en el suceso habían dejado muy atrás la adolescencia, bien cabe esperar que las influencias familiares infantiles hubieran dejado su huella, condicionando de alguna manera el comportamiento desmedido de estos jóvenes adultos. Sin embargo, quienes investigamos sobre el comportamiento humano sabemos perfectamente que la mayoría de las conductas problemas propias de la adolescencia tiene un origen multicausal de forma que resulta imposible hablar de una única causa. Ello no es un obstáculo para que algunos personajes mediáticos, con mucha osadía e imaginación, hayan recurrido una vez más al recurrente tópico de la falta de control o supervisión parental, que tanta prevalencia parece tener entre las familias españolas.
Bien, no voy a negar que existe cierta evidencia empírica acerca de la importancia que esta dimensión del estilo parental tiene sobre el ajuste comportamental de chicos y chicas adolescentes, aunque conviene recordar que otras dimensiones, como el apoyo y la comunicación (o la falta de ambas en este caso), tienen una influencia aun mayor.
Tampoco hay que olvidar el papel que desempeñan otros factores: iguales, medios de comunicación, valores culturales, legislación existente, políticas sociales y educativas, etc. Y es que, como apunta el modelo sistémico biopsicosocial, la mayoría de las conductas problema son el resultado de la combinación de una serie de factores individuales y contextuales, y conviene señalar que:
Los mismos factores no afectan de la misma forma a todos los sujetos. Así, mientras que un adolescente puede desarrollar comportamientos agresivos como resultado de una combinación de influencias estresantes, otro saldrá más o menos indemne de esa situación. Determinados factores biológicos presentes en el primer caso y ausentes en el segundo pueden marcar los diferentes resultados sobre el ajuste conductual del niño o adolescente. Factores contextuales, como el apoyo social, también pueden proteger los efectos negativos del estrés.
Las influencias pueden interactuar entre sí e influirse mutuamente. Esta es una de las características principales de los modelos sistémicos, y sirve para explicar el desarrollo de muchas conductas problemas. Por ejemplo, si en el surgimiento de la conducta agresiva están implicados tanto factores biológicos como familiares, es muy probable que en algunos momentos estos factores se hayan influido mutuamente. Así, un niño con un temperamento difícil y con un alto nivel de actividad puede generar en sus padres mucho estrés, que les llevará a mostrar hacia el niño un estilo muy coercitivo y autoritario con el uso de castigos físicos, lo que a su vez podrá influir en el surgimiento de comportamientos agresivos del menor hacia los iguales.
Muchas conductas problemas pueden darse conjuntamente. Las razones de esta co-morbilidad tienen que ver con el hecho de los factores de riesgo implicados en el surgimiento de alguna conducta problema, como el consumo abusivo de sustancias pueden también contribuir al desarrollo de otros desajustes comportamentales, como las conductas sexuales de riesgo, las conductas suicidas y la delincuencia juvenil. Además, en bastantes casos un problema puede ser un factor de riesgo fundamental para otro. Este sería el caso de la influencia de un trastorno depresivo sobre el consumo de sustancias o sobre la tentativa de suicidio
Las conductas problemáticas suelen presentarse en un continuo. La mayoría de los problemas de conducta no suelen ser un asunto de todo o nada, ya que suelen ser comportamientos que se presentan en mayor o menor grado en muchos chicos y chicas sin que lleguen a constituir un problema.
Es decir, resulta muy complicado poder hablar de causas únicas del comportamiento antisocial, y la prudencia a la hora de explicar la etiología de algunos fenómenos psicosociales complejos debería ser una condición obligada, si queremos que se reconozca a la psicología como una ciencia seria. Ya sé que con un micrófono delante algunos profesionales de las ciencias sociales se transforman en adivinos omniscientes con supuestas respuestas para todo, pero si algún periodista me pregunta qué está pasando con la juventud actual para que ocurran sucesos como los de Pozuelo de Alarcón, creo que lo más honesto será reconocer que no tengo la más remota idea. Y es que ya se sabe que en boca cerrada no entran moscas.

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