Ayer subí al muro de Facebook un artículo muy interesante acerca de los rechazos editoriales (http://www.hojaenblanco.com/el-sorprendente-asunto-de-los-manuscritos-rechazados/), y con motivo de ello me gustaría contaros un experimento personal que llevé a cabo hace varios años.
Podéis considerar esto, de hecho, como una confesión.
Hace tiempo la editorial Dolmen necesitaba relatos para su Antología Z Volumen 4, y me presenté con un relato llamado Gizmo-San Feedback. El relato fue admitido para la antología, y gustó mucho. Algunas de las cosas que se dijeron de él fueron:
"Magnus Dagon nos regala un pequeña joya: Gizmo-San Feedback —extravagante nombre por el que, si alguna vez tengo ocasión, sin duda le preguntaré a su autor—, una pieza que enriquece enormemente la antología. Destila fantasía, originalidad. Puede que los más puristas repliquen. A mí me parece acertadísimo."
"Un relato que generará controversia, por lo atípico y contundente. Una historia muy distinta, que le da un nuevo enfoque al género, si es que puede clasificarse dentro de él. Personalmente, me ha gustado. El autor domina en todo momento la narración, llevándonos por donde quiere. El estilo arriesgado, poniendo toda la carne en el asador, resulta un acierto, ya que dota a la historia de credibilidad. La atmósfera derrotista, la sensación de abatimiento, de desesperanza, la imposibilidad de cambiar las cosas y la necesidad de liberarse, nos acompañan durante toda la lectura. Lástima que una idea como esta se quede en un simple relato, cuando resultaría un argumento excelente para una novela."
"Gizmo-San Feedback por Magnus Dagon: Me ha encantado. Una historia original, una manera distinta de tratar el tema zombi, componente cazador, bien escrito sin florituras con un ritmo más que bueno y unos personajes que enganchan. Otra joyita del libro."
Lo interesante de todo esto es que el relato, en efecto, es una vuelta de tuerca al género zombi. No son tontos que matan gente, no va de un apocalipsis. ¿Y sabéis por qué ocurre todo esto?
Porque no es, ni jamás fue, un relato de zombis. Gizmo-San Feddback es un relato de ciencia ficción. Así lo escribí, y así nació. No sólo eso; está inspirado de manera directa por la obra de Philip K. Dick. Más ciencia ficción, imposible. Añadí la palabra 'zombi' dos veces (dos), y ¡voilá! De repente, ya es un relato de zombies.
Y está en un libro de zombies, donde la portada no puede ser más zombi. Y a los lectores y críticos, les encantó. Es el único relato que he escrito que las críticas dijeron que era el mejor de una antología.
Ahora, pensemos: ¿qué hubiera pasado si hubiera dicho que el relato es de ciencia ficción? ¿Hubiera sido seleccionado? ¿Se hubiera leído bajo el mismo prisma perceptivo? Algún crítico se dio cuenta de que algo raro había, pero ninguno llegó a la conclusión definitiva. Que la manera que tuve de ser "original", o "atípico", fue simplemente enviar un relato que no era del género que se estaba pidiendo.
El experimento es inocuo y con cierto final feliz -a la gente le gustó, recibí buenas críticas-, pero arroja mucha luz sobre un tema que sobre el que siempre he luchado: eliminar los prejuicios en torno a la ciencia ficción. La gente cree que no interesa, que es densa, que es monótona, y en una reciente convención tuve que escuchar, sentado y sin inmutarme, tamaña barbaridad como que las distopías no son ciencia ficción. Las distopías, un género que sigue los clichés de la ciencia ficción de manera casi canónica (especula sobre lo que podría pasar, son futuristas y filosóficas, a menudo poseen avances científicos), prácticamente el género que usaría para definir la ciencia ficción, con libros como 1984 o Un Mundo Feliz. ¿El motivo? Pues que las distopías están de moda, y dado que están de moda, cómo va a ser eso ciencia ficción, el género que no puede estar de moda.
Espero que este experimento haya servido para apartar prejuicios. Que, por ejemplo, aquellos que no queréis leer Los Caídos o The Jammers porque os asusta la palabra superhéroes (me lo han dicho), me deis una oportunidad y penséis que igual los personajes, la trama y los giros argumentales lo merecen. Lo mismo digo con respecto a todo libro donde salga la palabra 'planeta', 'nave', 'alienígena' o 'rayo'. De hecho, el relato posee conceptos que son muy cienciaficcioneros, tales como la Guerra Bimundial -es decir, que hay dos mundos-, el Trigobierno, o que los dirigentes se llaman Ciudadano 1, Ciudadano 2 y -exacto, sois unos linces- Ciudadano 3.
Dicho lo cual, insisto: ¡leed cifi! Quién sabe, a lo mejor hasta resulta que, si apartais vuestras ideas preconcebidas, os gusta y todo.