FANNY TACCHINARDI PERSIANI, soprano que nació en Roma el 4 de octubre de 1812 y falleció en París el 3 de mayo de 1867, fue la encargada de estrenar el rol protagonista de “Lucia di Lammermoor”. Tuvo su época dorada entre 1835, año del estreno de Lucia y 1848, provenía de una familia de músicos. Su padre, Nicola Tacchiardi (1772-1859), que además de tenor, fue profesor de técnica vocal y violonchelista, se encargó de su formación vocal desde la infancia. En 1830 se casó con el compositor Giuseppe Persiani (1799-1869) añadiendo el apellido de éste al del padre. Su debut tuvo lugar en Livorno en 1832 interpretando el papel protagonista de “Francesca da Rimini” de Giuseppe Forunier-Gorre. El grueso de su carrera lo desarrolló entre Londres y Paris, sin embargo también realizó importantes apariciones en las óperas de Viena y San Petersburgo. En 1851, cuando se presentó en Moscú, dejó impresionado a Anton Rubinstein a pesar de que ya comenzaba su declive vocal. Se retiró de la escena en 1859 dedicándose a la enseñanza del canto junto a su marido en Parìs.
¿CÓMO ERA SU VOZ? Según el propio Donizetti, que la escuchó en 1833, creo que por primera vez, su voz era “fría, pero muy precisa y perfectamente afinada”. No debió disgustarle puesto que la eligió para estrenar tres de sus óperas: “Rosmonda d’Inghilterra” (1834), “Lucia di Lammermoor” (1835) y “Pia de Tolomei” (1837), además añadió expresamente un aria para ella en “L’elisir d’amore” y con ocasión de la revisión de “Linda de Chamounix” en 1842 también compuso para ella el aria más famosa de toda la ópera: “O luce di quest’anima”, la escucharemos después.
Tacchinardi Persiani era conocida como “la piccola Pasta”. Según podemos leer en las reseñas sobre la soprano su voz era más bien pequeña, dulce y ligera, con un registro superior brillante, capaz de alcanzar el Fa sobreagudo (Fa 6) y agilidad más que notable. Al parecer tenía una especial capacidad para improvisar y podía ofrecer un aria, durante una representación, varias veces seguidas cambiando la cadencia en cada una de ellas. Muchos la consideran una precursora de sopranos como Jenny Lind, Adelina Patti, Nellie Melba y Amelita Galli-Curci.
Como no tenemos testimonios sonoros todo lo que podemos hacer, además de fiarnos de las crónicas de la época, son conjeturas; si analizamos el repertorio que interpretó podemos comprobar que efectivamente debía tener un registro superior superlativo pero eso no significa necesariamente que no tuviera un registro central de calidad, de otra forma cómo es posible que papeles como la Condesa de “Las bodas”, “Fiordiligi” del “Così” o “Rosina” de “El Barbero” formaran parte de su repertorio, además coincidió en algunos roles creados por la Pasta, que no era precisamente una ligera, como Amina de “La Sonnambula”, “Beatrice di Tenda” o Bianca de “Ugo, conte di Parigi”. Con ocasión del debut en 1833 de la joven Fanny en La Scala, el corresponsal del periódico londinense “The Court Journal" señalaba que carecía de la potencia suficiente para llenar todos los espacios de la sala, pero que por dulzura, flexibilidad y poder expresivo era difícil de superar; Théophile Gautier escribía en otra ocasión que su voz tenía “una extensión, una dulzura y una vibración sorprendentes” y que dominaba y dirigía “con admirable facilidad un instrumento de un poder extraordinario”; mientras que, según Claude Algues, su voz podía “descender a las notas más bajas, manteniéndose siempre abundante y plena”.
La conclusión a la que podríamos llegar es que no era una soprano dramática de agilidad como la Pasta o la Malibran pero tampoco un jilguero mecánico limitado a la pirotecnia pura y dura que no presta atención alguna a la expresión.
Su repertorio más destacado fue:
Mozart: Zerlina (“Don Giovanni”), la Condesa (“Le Nozze di Figaro”), Fiordiligi (“Così fan tutte”).
Rossini: Amenaide (“Tancredi”), “La Gazza Ladra”, Rosina (“Il Barbiere di Siviglia”) y Fiorilla (“Il Turco in Italia”).
Bellini: Amina (“La Sonnambula”), Imogene (“Il Pirata”), Elvira (“I Puritani)
Donizetti: Adina (“L’Elisir d’amore”), “Beatrice di Tenda”, “Rosmonda d’Inghilterra”, “Lucia di Lammermoor”, “Pia de ‘Tolomei”, “Lucrezia Borgia” y “Linda di Chamounix”.
Verdi: “I Due Foscari” y “Ernani”.
También Carolina (“Il Matrimonio segreto” de Cimarosa), “Inès de Castro” de Persiani y la reina Margarita (“Gli Ugonotti” de Meyerbeer).
Llegamos por fin a las audiciones, escucharemos dos arias que estrenó Tacchinari-Persiani:
La primera es “Perché non ho del vento” con la cabaletta “Torna, torna, o caro oggetto”. Tiene la particularidad de que, aunque pertenece a la ópera “Rosmonda d’Inghilterra”, fue ofrecida, con la aprobación de Donizetti, en sustitución de “Regnava nel silenzio… Quando rapito…” con ocasión del estreno de la ópera en París en 1937, y se mantuvo hasta que Adelina Patti recuperó la original en 1859. Fue también utilizada en "Lucie de Lammermoor", la versión francesa estrenada en París en 1939 por una soprano distinta, Anne Thillon, por lo que, para de lo que hoy se trata, no nos interesa. Se la escuchamos a Joan Sutherland en su versión original en italiano:
Aunque Tacchinardi-Persiani no estrenó “Linda di Chamounix” escucharemos “Ah! Tardai troppo… O luce di quest’anima” porque no estaba en la primera versión que estrenó Eugenia Tadolini en Viena sino que fue añadida por Donizetti, para lucimiento de nuestra artista, con texto escrito por el propio compositor con ocasión del estreno de la ópera en París. Lo escuchamos por una joven y, como ya habréis comprobado en el anterior vídeo, ¡¡¡EXTRAORDINARIA!!! Joan Sutherland, parece mentira lo que se le estropeó la dicción con el paso del tiempo: