Revista Política

Sobre MB, los dionisíacos, Nietzsche, la genealogía de la moral y, cómo no, Saco

Publicado el 16 septiembre 2010 por Romanas
Hoy estoy muy contento porque mi hijo pródigo no es que haya vuelto a casa, que eso creo firmemente que nunca lo hará, pero, no sé si involuntariamente, me ha enviado un mensaje: ha reconocido que me lee no tan apasionadamente como yo lo leo a él, porque eso es realmente imposible, pero me lee, e incluso ha hecho algo más, de lo que yo estoy seguro de que ya se ha arrepentido, ha acusado recibo a mi post de ayer y eso, no sé, si fuera otro que no él, que llena de luz y de alegría el blog borracho, tal vez implicaría su fulminante expulsión, como supuso la de su mejor amigo,de cualquier modo, que tenga mucho cuidado porque la gente poderosa de allí, los que realmente detentan el poder, le han hecho la cruz, como a un Emiliano Zapata cualquiera, lo que significa que, al final, acabará acribillado a balazos como el protagonista de aquel maravilloso film del más canallesco de todos los geniales directores de cine que han trabajado en los Usa.Como nunca sé muy bien, porque yo también tengo mi parte alícuota dionisíaca, cómo van a concluir estos posts, voy a adelantar que quiero entrañablemente a este caballo loco que trisca tan alegremente en el que, para él, es el campo de rica alfalfa del blog de Saco.Como no tiene pelo de tonto, MB asume su papel de dionisíaco con una espléndida alegría, al propio tiempo que le propina a su "alter ego", ni más ni menos que Nietzsche, una de sus famosas patadas giratorias. Como yo le decía ayer a un amigo cuyo nombre tengo prohibido mencionar, pensar que llamarle dionisíaco a alguien es maltratarle es un error siquiera perdonable cuando no se ha leído mucho al autor de “El nacimiento de la tragedia”.Dicho autor estaba enamorado de Dionisos y aborrecía de tal manera a Apolo que ¿saben ustedes dónde acabó sus días? En un manicomio, allí donde van a refugiarse todos los que concluyen abominando de la razón, que no otra cosa es la demencia, una huida espantosa de la lógica aristotélica. Porque le resultó muy duro al autor de “Así hablaba Zaratustra”, convivir con aquellos otros animales racionales que utilizaban este instrumento sólo para hacer el mal. Porque, en su época, el hombre era el mismo de ahora y hacía, dentro de las posibilidades de entonces, las mismas cosas que hace ahora.MB, que seguramente ha leído a Nietszche poco y mal, perdón, eh, nos dice que no le gusta mucho el personaje. Y, probablemente, escribe así por las famosas teorías que el filólogo amigo de Wagner pergeñó sobre lo que él llamó el "superhombre" y que, según muchos ligeros y superficiales indocumentados, no hizo sino plantar la semilla maldita de lo que luego fue el nazismo.En contra de esta superficial opinión, se alza hoy la más extensa y profunda de las bibliografías: es imposible encontrar hoy un filósofo serio y honesto, que es casi lo mismo, que no considere al fanático ex wagneriano como la piedra angular de la moderna filosofía por haber encontrado el método infalible para desentrañar los misterios del alma humana: la investigación histórica que, luego, algunos de sus discípulos, como Foucault y Deleuze, acabaron entronizando en el razonar humano:  la genealogía, o sea, el estudio de los orígenes y de la evolución histórica de cualquiera de las materias objeto del análisis filosófico.Pero yo no quería escribir de Nietzsche, que sé que es muy aburrido sino de MB, que es un tema realmente apasionante porque, como dionisíaco hasta las cachas, vive tan intensamente su vida que la vierte de modo incontenible en aquel blog, donde hace confesiones íntimas y defiende posiciones tan opuestas a las que constituyen la corriente que surca aquel foro, que, aunque todavía no lo parezca, acabarán por provocar un conflicto esencial con sus colegas fascistas que sólo el pequeño y alcohólico dios Saco sabe cómo van a terminar, porque este tipo es el único que tiene la llave de la puerta de salida de aquel antro.El otro día, escribía yo aquí cómo llevaba ya algún tiempo anunciando la venida del mesías Noam Chomsky, hoy les anuncio, con toda seguridad, que MB ya estaría hace tiempo fuera del paraíso sáquico si no fuera por la vigencia que supone en el ánimo de Saco lo que ha supuesto mi expulsión de allí.Echar de mala manera a una persona de las condiciones intelectuales y morales de MB que, además, posee lo que él llama la facultad de soltar patadas giratorias pero que no es sino la de esgrimir, con esa contundencia que supone la posibilidad de poner al objeto de sus iras en el mayor de los ridículos, es algo que obligará al dios borracho a pensárselo muy bien más de dos veces, por mucho que lo presionen sus más fieles súbditos porque, eso, con el precedente de mi caso, puede suponer que MB se revuelva contra él con tal virulencia que la mía, a su lado, se convierta en el más inocente de los juegos de niños, con lo que el poco prestigio, si es que alguno le resta, terminará por hundirse definitivamente.Es por eso que, en sus últimas exposiciones doctrinales, Saco ha dicho, frente a la auténtica bazofia que suponen los últimos zafarranchos de combate allí habidos, en los que se han superado los límites de lo soez, ordinario, escatológico e imperdonablemente vergonzoso, con expresiones tales “cómeme la polla que yo te comeré a ti el coño, métete el rifle por el coño, la puta de tu madre, etc., etc.”, expresiones todas ellas más soeces que aquélla que, sobre mí, hizo aptc, llamándome rata asquerosa o así, que motivó que Saco suprimiera aquel comentario y advirtiera que, de persistir en tal lenguaje, acabaría por banearlo, diga ahora el tal Saco que él, personalmente, no puede hacer nada más que lamentar lo que allí ocurre, lo que, “a contrario sensu”, significa que se considera totalmente incapaz de hacerlo, o sea, que está totalmente superado por los acontecimientos que él, como un dios menor, ha desatado.

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