Historias de restaurantes
Si para algo se hicieron los domingos fue para descansar. Aunque se que muchos trabajan ese día, se aplica igual para la jornada libre, cualquiera que sea.
Y lo importante del día de descanso es descansar, aunque parezca que no estoy muy original. Reposar, desconectar, pasarlo bien, airearse con otras actividades, comer sabroso, ir a lugares agradables. Disfrutar.
Si no, comienza la semana de trabajo y ya empezamos con mal pie, ¿a que si?
El otro día aproveché muy bien mi único día de descanso en la semana. Era un domingo lluvioso, pero como la ruta era corta, me fui con mi chico (el chef) caminando para conocer un restaurante que nos queda bastante cerca de casa, la idea era probar su cocido y otros platos.
Y aunque nos cayó un poco de lluvia, qué bien sienta una sopa rica y calentita en esta época. Y luego otro plato de comida sabrosa.
Te presento el restaurante:
Casa Maravilla, cocido y más comida rica.
Casa Maravillas queda en la esquina de Príncipe de Vergara con Jorge Juan. Digamos que está entre el parque del Retiro y Goya, con lo cual igual te sirve para después del paseo o las compras.
Casa Maravillas
Es un restaurante tradicional en Madrid, la fachada es bonita, de esas de taberna de toda la vida, y el interior igual. A mí me gustó porque son varios salones con paredes de ladrillo visto, mucha madera y suelo de azulejos antiguos (no se si se llama así), entonces da una sensación muy acogedora.
La barra es la típica que un turista fotografiaría.
Uno de los salones de Casa Maravillas
La barra de Casa Maravillas
Nosotros nos fuimos a mediodía pensando en el cocido -que de noche puede ser peligroso- pero nos encontramos con una carta con más opciones si te apetece algo más ligero. Igual nos pedimos el cocido porque para eso habíamos ido, aunque yo tomé solo una parte porque no suele gustarme la carne de este plato, así que me pedí otra cosa.
El camarero que nos atendió se llama Adrián y fue muy amable. Él nos trajo la sopa en un cuenco de barro que tenía mucho sabor. Unos segundos después vinieron las verduras con una salsa de tomate al lado y un aceite con pimentón ahumado para los garbanzos que me encantó. ¡Ah! La legumbre estaba tierna y sabrosa.
Sopa de cocido
Los garbanzos y el tomate
Carne de cocido
Croquetas de gambas
Yo de la carne solo probé el jamón -me gustó especialmente-, pero mi chico me dijo que había disfrutado mucho lo demás. Mientras él se zampaba todo -comió hasta más no poder-, yo me pedí unas croquetas de gambas que estaban riquísimas (íbamos en plan ligth).
Y paralelo a la comelona, conversábamos tranquilamente, dejábamos pasar el tiempo y disfrutábamos el momento. Que siguiera lloviendo fuera que nosotros estábamos tan a gusto dentro.
Al final pedí un flan de postre. Casero, con huequitos. Buenísimo.
Actualidad / Propuestas gastro
Ahora que se acerca la Navidad el vino cobra un papel protagonista.
Está presente en las diferentes comidas a las que asistimos, lo compramos para nuestra cena de Nochebuena o Nochevieja e incluso a veces lo regalamos.
Y cuando nos toca comprar una botella, si no somos conocedores del tema (y la mayoría no lo somos a pesar del postureo que se ve con frecuencia) podemos llegar a abrumarnos con tantas opciones.
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Entre las denominaciones de origen, las bodegas, los nombres de las botellas, las uvas y el modo de tratarlas, nos podemos sentir bastante perdidos a la hora de seleccionar.
Por eso me gusta lo que voy a contarte en esta entrada.
Hace unas semanas fuimos un grupo de bloggers y medios a conocer las bodegas Azpilicueta, en La Rioja. El viaje fue genial desde todos los puntos de vista, conocimos un restaurante buenísimo en un hotel espectacular del que te hablaré en otro post por si viajas a la zona, fuimos a una tonelería (que será otro post por lo interesante de su trabajo) y nos llevaron a las bodegas de este prestigioso rioja.
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Pudimos conocer y probar varios de sus vinos, entre ellos el Selección Barricas, su última y exclusiva creación. Pero lo mejor fue catarlos escuchando a Elena Adell, la enóloga de la casa, una mujer que te transmite desde el primer momento la pasión que siente por los vinos -y por la vida, en realidad- y con la que conocimos diferentes detalles del mundo enológico que resultan de mucha utilidad para los que no tenemos mucha idea.
Qué es un buen vino
Con Elena estuvimos hablando en la cena el día que llegamos y buena parte de la jornada siguiente. Lleva más de 30 años desarrollando su labor en el mundo del vino, empezó cuando muy pocas mujeres se dedicaban al sector y conoce a la perfección su terreno.
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Supo adaptarse a nuestros escasos conocimientos y nos explicó con minuciosidad y sobre todo, de una forma muy entretenida, diversos aspectos del vino. Entre ellos, y es algo que todos deberíamos saber, que la percepción que cada uno tiene al probar un vino depende, en gran medida, de factores completamente subjetivos.
El lugar en el que estemos haciendo la degustación, las condiciones de la prueba, la compañía, incluso nuestro propio estado de ánimo. Todos son elementos que afectan a nuestro cerebro y por consiguiente al paladar.
Por eso lo más importante en un vino es que te guste a ti, no que sea joven, crianza o reserva.
Por supuesto, también están las características propias del vino. La elaboración es un complejo proceso en el que intervienen muchos factores que juegan un papel determinante en el resultado final, y en ese sentido Elena nos explicó algunos aspectos muy interesantes, como que el vino rosado es el más complicado de elaborar a nivel tecnológico.
Los buenos vinos crecen en las copas. En la medida que los tomas van cambiando, y percibes matices mientras pasa el tiempo.
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Es curioso detenerse a saborear e ir captando esas sensaciones, yo rara vez se distinguir el chocolate de la fruta de una hierba en un trago de vino, pero sí reconozco que el sabor va cambiando ligeramente y a veces se acerca a un gustillo que me resulta familiar. Prueba tú un día.
Y lo anterior tiene que ver con una sentencia clara y cierta de la enóloga, una cata es un ejercicio de memoria. Probamos, saboreamos y nuestro cerebro busca conectar lo que percibimos con lo que ya conocemos para poder distinguir, ubicamos sensaciones que nos resultan agradables y las relacionamos con otras ya conocidas mientras separamos lo que nos gusta de lo que no, pero siempre basándonos en experiencias anteriores.
Elena nos decía que es algo que suele ocurrir sobre todo al principio, cuando no hemos realizado muchas catas de vinos. Si lo piensas, en realidad es una mecánica natural en nuestras cabezas.
Los vinos Azpilicueta
Al tiempo que Elena comentaba nosotros fuimos catando.
En este viaje probamos 5 vinos de la bodega. Yo nunca los había tomado puesto que siempre había tenido la percepción de que Rioja es un vino muy clásico y más fuerte, y la verdad es que me sorprendieron gratamente.
Te los muestro para que los pruebes tú si necesitas próximamente seleccionar vinos para tus fiestas de Navidad:
- Azpilicueta blanco 2015 (comienzo con los blancos porque son los que más me gustan) tiene varios reconocimientos, es 100% uva viura, la uva blanca típica de La Rioja. Me encantó su sabor ligero y afrutado.
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- Félix Azpilicueta Colección Privada blanco 2014, con innumerables reconocimientos y calificado como un vino elegante y equilibrado. A mí me gustó, aunque no tanto como el anterior (ya ves lo de los gustos).
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- Azpilicueta rosado 2015. Un vino que disfruté mucho, y es que los rosados ahora viven un buen momento. Igual que los anteriores, también cuenta con reconocimientos.
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- Azpilicueta Reserva 2011, un tinto que me gustó por lo suave que era y el sabor que dejaba en la boca.
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- Félix Azpilicueta Colección Privada 2012, lo probé maridado con el postre, una combinación que creo nos sorprendió a todos. La suavidad y lo afrutado de su sabor combinado con el dulce de una torrija de paladar ligero y nada denso me encantó. La botella la venden en una caja de madera, por lo que constituye un regalo muy especial para un aficionado a los vinos.
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- El último que probé fue la reciente creación de Azpilicueta, el Selección Barricas. Acaba de salir a la venta, y tiene una historia de elaboración muy interesante, te la cuento.
Comenzó cuando Elena Adell fue hasta los bosques franceses de Hallate, Vacheresse y Jupille. Allí fue seleccionando los robles que después se trasladaron sin tratar hasta La Rioja, donde toneleros expertos construyeron las barricas en las que reposaría el vino elaborado a base de tempranillo (la variedad originaria de España y típica de la región con la que se elaboran la mayoría de los vinos riojanos, su nombre se debe a que suele madurar antes que otras variedades de uvas, tempranillo = temprano).
El objetivo era elegir la madera que le proporcionara al vino aromas potentes y taninos suaves y elegantes. (Nota: los taninos son una familia de compuestos que participan en el color y las sensaciones táctiles de la bebida en boca, se encuentran tanto en la uva como en la madera).
Bien. Dispuestas las barricas, los tempranillos elaborado por los enólogos de la bodega, capitaneados por Adell, se dejaron en crianza. Posteriormente, se cataron las diferentes pruebas y así fueron seleccionadas las barricas que se destinarían para un nuevo producto de la bodega, este vino del que te hablo.
De ahí su nombre, Selección de Barricas. Interesante ¿no?
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Ese día compartimos con Elena, Teresa, nuestra guía en la tonelería, y las chicas del equipo de prensa una comida típica riojana antes de volver a Madrid. Después nos tocó regresar, y yo me vine con la agradable sensación de que cuando conoces todo el esfuerzo y la técnica que hay detrás, aquello que estás probando te sabe mucho mejor.
Y tú, ¿has ido a una bodega a conocer como hacen sus productos?
¡Te espero en los comentarios!
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" data-medium-file="" data-large-file="" class="wp-image-2014" title="Flan en Casa MAravillas, La Gastroredactora" src="https://i0.wp.com/lagastrorredactora.com/wp-content/uploads/2016/09/img_0734.jpg?resize=0%2C0" alt="restaurantes tradicionales madrid, restaurantes madrid centro, donde comer en madrid, cocina casera, casa maravillas" data-recalc-dims="1" />El flan… Mmmmmmm
Salón privado con tele
Y cuando nos levantamos de la mesa, como ya sabía que iba a escribir este post después de comer bien, me puse a averiguar para darte más datos….
- Que tienen una carta castiza (cocido, casquería, croquetas), pero también se esmeran en los pescados, hechos al horno o a la parrilla, para quien quiera comer menos pesado.
Cogote de merluza
- Que tienen menú del día de lunes a viernes, con vino madrileño y varias opciones de primeros y segundos, por si estás cerca y buscas cocina casera y con precio cerrado.
- Que puedes reservar en su página web o llamando por teléfono.
- Que al tener varios salones, es perfecto para comidas de grupo y tener privacidad.
- Que no abrirán el 24, 25 ni 1 de enero, pero el resto del tiempo trabajan a diario, así que puedes ir con tu familia o amigos.
- Que te lo recomiendo porque me gustó y si no me gusta no te lo recomiendo.
Al salir seguía lloviendo, aunque muy poco. Nos fuimos tranquilamente a casa, caminando sin prisas -tampoco es que el cuerpo nos dejara ir más rápido con todo lo que habíamos comido- y disfrutando del domingo. Después vendría peli y manta en el sofá.
Para esos son los días libres, ¿a que sí?
Y si vas, espero que me cuentes en los comentarios qué te ha parecido, hagamos ese trato ¿vale?
¡Feliz semana!
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