Sobre reyes, banqueros, pícaros y soldados viejos

Vean vuestras mercedes que no aprovechamos lo que la vida nos enseña ni la historia nos recuerda. Que siendo España asombro del mundo, teniendo los mejores ejércitos y capitanes, una pica en Flandes y otra en las Américas, no adelantamos nada como nación.

Carlos V y su banquero Fugger

Tuvimos por reyes monarcas extranjeros, de Austria y de Francia, que nos hicieron batallar en campañas en las que nada se nos había perdido, perdiendo nuestros mejores hombres, su sangre y su valía en Flandes guerreando contra unos herejes a los que nada nos debía importar. Fue el rey Filipo dueño y señor de unos dominios donde no se ponía el sol y bien poco provecho sacamos de ello.
El oro que traíamos de las Américas lo malgastábamos en pagar a banqueros flamencos y tudescos, que financiaban a Guillermo de Orange y otros tantos herejes que contra España hacían guerra. Y de esta forma, varias veces entramos en la ruina, quedando la patria despoblada, que entre soldados viejos en los Tercios y aventureros en América, aquí sólo quedaban curas, pícaros y cortesanos, que al fin y a la postre son la misma cosa. Mientras, otros paises usaban su oro en enriquecer a los particulares y a la hacienda pública, tornándose cada vez mas poderosos. Mientras tanto, España era aun mas flaca, pues nos sobraba mucho acero contra herejes y no acertábamos a usar el oro para el comercio y la industria, pues había mucho hidalgo y poco trabajador, que en España siempre se ha considerado deshonra el trabajar.
Miro ahora a mí alrededor y veo lo mismo que antaño. Soldados en guerras en las que nada se nos ha perdido, que nadie nos llamó y de las que ningún provecho obtenemos; cortesanos llamados políticos robando a mansalva; banqueros tudescos que nos esquilman y mientras tanto, el pueblo pagando cada vez más caro este desatino.
Muchas veces hemos arruinado este solar, y me temo que es más cierto nunca que estamos de nuevo en bancarrota y cada vez más pobres que las ratas ya que todo ocurrió porque cuando hubo vacas gordas no guardamos para cuando llegaron las flacas. Que somos pueblo de poca memoria pero de navaja y trabuco fácil; y que si tenemos dos duros, en vino y juerga lo gastamos todo sin guardar para cuando no haya.