Sobreviví al Bells Palsy

Por Laopiniondemilly
Hace exactamente un año que me diagnosticaron “Bell Palsy”. Un día normal, desperté y cuando me disponía a lavar mis dientes, noté que el agua se salía de mi boca. De momento no me percaté que algo andaba mal en mi rostro y continué intentando lavar mi boca, hasta que descubrí en el espejo que mi rostro estaba totalmente irreconocible de un lado. Inmediatamente pensé que tenía un “stroke” y lo primero que pasó por mi mente fue ¿Qué va a pasar con mi hija? Llamé a la línea de ayuda de mi plan médico y cuando le expliqué los síntomas, me recomendaron desconectar la llamada y llamar al 911 de inmediato. Llamé al 911, en minutos estaban en mi casa. La sala se llenó de bomberos, paramédicos y policías. Me tomaron la presión, la tenía elevada (me estaba muriendo del miedo). Mientras los paramédicos me atendían, le daba instrucciones a mi esposo de lo que debía hacer y calmaba a mi hija diciéndole que mamá estaba bien. Luego de varias pruebas, los paramédicos me recomendaron llegar a la sala de emergencias más cercana. Una vez en sala de emergencia, me registré en la computadora y en segundos salió personal y me llevaron inmediatamente a una habitación. Allí me conectaron para un EKG, sentía que me moría, pensaba en mi hija y me desesperaba saber que se iba a quedar sin mamá. Una vez terminada todas las pruebas, el Doctor me dice “Tienes un Bells Palsy”. ¿Qué rayos es eso? Fue mi primera pregunta. Comenzaron a explicarme y yo estaba totalmente perdida. Me dieron un panfleto con las posibles causas, tratamiento y algunas fotos de cómo se transforman los rostros con una “Bells Palsy”. Me enviaron a mi hogar, mi esposo ya había abordado un avión, ese día salía a Puerto Rico a buscar a mi suegra y le dije que se fuera, que yo estaba bien. En realidad, quería que mi suegra llegara para que cuidara a mi hija si yo faltaba. No le dije a nadie, ni mi madre, ni mi padre, hermanas, nadie! No quería que se preocuparan por mí. Mientras pasaban los días, tomando mis medicamentos, veía como mi rostro se desfiguraba aun más. En tres días tuve que regresar al hospital. El lado derecho de mi cabeza dolía demasiado, sentía que tenía algo muy pesado sobre mi cabeza y mi cuello.   Allí corrieron conmigo, un MRI (le tengo fobia a esas maquinas cerradas) notaba como el personal médico me miraba como si yo fuera un fenómeno y finalmente me enviaron a mi hogar luego de descartar que había algo anormal en mi cabeza. Todo esto sucedió en las primeras semanas en el que me relocalicé al estado de la Florida. El estrés era muchísimo, en dos semanas conseguí empleo, alquilé una casa, busqué el carro en el muelle, me mudé, compramos todo lo necesario para estar cómodos en nuestro nuevo hogar… en fin… un ajetreo terrible. Mi rostro poco a poco está regresando a la normalidad. Sigo con un ojo más grande que otro, ruido en mi oído y mi ojo derecho tiembla en todo momento. Ha sido un año de enseñanza. Aprendí a tomar las cosas con calma. Lo que va a suceder, sucede en su momento y no somos quienes para detener los planes que el destino nos tiene. En el siguiente enlace puedes conocer más acera de la “Bells Palsy”
National Institute of Neurological Disorders and Strokes